La Cumbre de Guadalajara que los líderes de América latina, el Caribe y la Unión Europea (UE) celebran este viernes empieza con un bombazo: una crítica unánime que se anunció ayer contra los maltratos y torturas a los prisioneros iraquíes de EE.UU. Los ministros de Exteriores asistentes a la reunión iniciaron ayer las reuniones previas a la cumbre de mandatarios de hoy para tratar de consensuar la Declaración de Guadalajara de 104 puntos. De esta forma, la Unión Europea se ha metido en el patio trasero de Estados Unidos. Después de muchas negociaciones, la declaración no mencionará a Estados Unidos. Es significativo que no acuden a la reunión los mejores aliados de George W. Bush: el británico Tony Blair y el italiano Silvio Berlusconi. Y hubo otra mala noticia para George W.: tras la peor crisis entre Cuba y México en más de 100 años de relaciones diplomáticas, ambos países llegaron a un acuerdo para restituir a sus respectivos embajadores en sus misiones de México y La Habana, informó ayer el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, tras reunirse con su par mexicano, Luis Ernesto Derbez.
El párrafo de la Declaración de Guadalajara se refiere a las torturas y a los abusos contra prisioneros y cuenta con el apoyo tanto de América latina como de la Unión Europea, salvo modificaciones de última hora, dijo ayer el ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Ernesto Derbez. “Condenamos enérgicamente todas las formas de abuso, tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes contra las personas, incluyendo los prisioneros de guerra, en cualquier lugar que ocurra”, señala el disputado párrafo, que fue leído por Derbez en conferencia de prensa. “Expresamos nuestro horror ante la evidencia de los malos tratos de los prisioneros en cárceles. Estos abusos van en contra del Derecho Internacional, incluyendo las convenciones de Ginebra”, agrega. Asimismo “saludamos los esfuerzos de los gobiernos pertinentes de llevar ante la Justicia a los individuos responsables de estos actos, que incluyen el abuso de los detenidos iraquíes, y su compromiso para rectificar cualquier falta de apego al Derecho Internacional humanitario”, continúa la declaración. En el texto se hace un llamamiento “a todos los gobiernos para que hagan respetar plenamente la prohibición de la tortura y otros tratos crueles e inhumanos y degradantes, de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas y las convenciones de Ginebra, y lleven a la Justicia a todos aquellos que violen estas previsiones”.
Distintas fuentes diplomáticas confirmaron que Cuba fue la más insistente en condenar las torturas de iraquíes por parte de soldados estadounidenses. El canciller alemán, Gerhard Schroeder, afirmó que es innecesaria una condena expresa a las torturas de soldados estadounidenses contra presos iraquíes en la declaración final de la Cumbre de Guadalajara. “Creo que no hace falta una condena adicional”, dijo el gobernante alemán en una rueda de prensa conjunta celebrada con el presidente de México, Vicente Fox.
Superado el escollo de la condena a las torturas, la declaración tampoco mencionará a EE.UU., por la oposición europea, en la crítica a la aplicación unilateral y extraterritorial de leyes contrarias al derecho internacional y a las reglas del libre comercio. Además, los ministros aún mantienen diferencias sobre la definición del concepto de multilateralismo y la condena de medidas unilaterales que afectan a terceros países como la Ley Helms-Burton que penaliza a las empresas que hacen negocios en Cuba. El canciller cubano, que dirige la representación de su país en la Cumbre de Guadalajara, denunció a su llegada que América latina no figura en las prioridades de la UE, “que tiene más intereses estratégicos con Estados Unidos”. Castro descalificó esta Cumbre, a la que no asistirá, diciendo que la UE no ha sido capaz de denunciar la ley estadounidense Helms-Burton, el maltrato a los prisioneros en la base de Guantánamo o las humillaciones que sufren los emigrantes. Frente a estas críticas, la UE se defiende alegando que el conjunto de los países europeos son el primer cooperante en la región y el primer inversor directo extranjero. La UE realiza en esta cita un delicado equilibrio para evitar una confrontación con EE.UU., y al mismo tiempo avanzar en una alianza estratégica con América latina en la defensa a ultranza del multilateralismo que es, junto con la cohesión social, uno de los lemas de esta cumbre.