EL MUNDO
› COMO ES EL FUTURO TIMONEL DEL PAIS SEUDOINDEPENDIENTE
Iyad Allawi, toda una garantía
Por Patrick Cockburn *
La elección de Iyad Allawi, de estrechos vínculos con la CIA y anteriormente con el MI6 británico, como el próximo primer ministro de Irak a partir del 30 de junio, volverá difícil para Estados Unidos y Gran Bretaña persuadir al mundo de que podrá liderar un gobierno iraquí independiente. Iyad Allawi es un musulmán chiíta que fue un miembro activo del Partido Baaz de Saddam Hussein en Irak y en Gran Bretaña, donde fue un líder estudiantil vinculado con la inteligencia. Luego se pasó a la oposición contra el líder iraquí y habría establecido una conexión con los servicios de seguridad británicos. Su cambio de bando lo llevó a convertirse en blanco de la inteligencia iraquí. En 1979, sus agentes, armados con cuchillos y hachas, lo hirieron gravemente al atacarlo mientras dormía en su casa en Londres.
Diplomado como médico, el Dr. Allawi se convirtió en un hombre de negocios con buenos contactos en Arabia Saudita. Era simpático, inteligente y tenía un don particular para impresionar a los servicios de inteligencia occidentales. En lo que siguió a la primera guerra del Golfo en 1991, el Congreso Nacional Iraquí (CNI) se convirtió en una de las piedras fundacionales del movimiento opositor iraquí en el exilio. La organización era considerada atractiva por los ex oficiales del ejército iraquí y funcionarios del Partido Baaz que estaban huyendo de Irak. A mediados de los años ‘90, el CNI afirmaba tener grandes contactos en el cuerpo de oficiales de Irak. El Dr. Allawi empezó a moverse dentro de la órbita del MI6, que lo recomendó a la CIA. Y persuadió a sus nuevos amos de que estaba en condiciones de organizar un golpe de Estado militar en Bagdad.
Con apoyo norteamericano, británico y saudita, el Dr. Allawi abrió una sede central y una estación de radio en Amman, Jordania, en 1996, declarando que era “un momento histórico para la oposición iraquí”. Altos funcionarios jordanos dijeron luego que pensaban que el CNI y sus presuntos contactos en Irak habían sido infiltrados por el servicio de inteligencia de Saddam Hussein de arriba a abajo.
Fue un golpe muy extraño. Si en Bagdad había alguna duda de lo que estaba pasando, el Dr. Allawi acabó con ellas al dar una entrevista a un diario norteamericano anunciando que “el levantamiento deberá tener en su mismo centro a las Fuerzas Armadas”. Hubo arrestos masivos en Bagdad. Abdul-Karim al Kabariti, en ese momento primer ministro jordano, declaró que las redes del CNI estaban “todas penetradas por los servicios de inteligencia iraquíes”. El Dr. Allawi y el CNI volvieron a Irak a la zaga de la caída de Saddam Hussein y abrieron oficinas en Bagdad y en viejas sedes del Partido Baaz en todo Irak. Hubo pocos signos de que contaran con alguna clase de apoyo popular. Durante un levantamiento en la localidad de Baiji, al norte de Bagdad, el año pasado, las muchedumbres inmediatamente prendieron fuego la sede del CNI.
El Dr. Allawi fue jefe del comité de seguridad del Consejo de Gobierno iraquí y se opuso a la disolución del ejército por Paul Bremer, el virrey norteamericano de Irak. Incluso renunció como jefe del comité en protesta contra el ataque estadounidense en Faluja en abril último. El problema para Estados Unidos y Gran Bretaña, si el Dr. Allawi es designado como primer ministro, es que su reputación entre los iraquíes por haber trabajado inicialmente con los servicios de inteligencia de Saddam Hussein y luego con el MI6 y la CIA volverá imposible para ellos aceptarlo como líder de un Irak independiente.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.