EL MUNDO
› LOS LIDERES MUNDIALES RECORDARON EL DESEMBARCO DE LOS ALIADOS EN NORMANDIA
Día D, los tributos y el reconocimiento
En el 60º aniversario del Día D, 21 jefes de Estado y de gobierno se dieron cita en Francia para honrar a los héroes que pusieron fin al nazismo. Estados Unidos y Europa dejaron de lado sus actuales divergencias sobre Irak.
› Por Eduardo Febbro
Página/12
en Francia
Desde París
Los desencuentros políticos entre las grandes potencias quedaron ayer bajo el amparo de la emoción y el homenaje que el presidente francés Jacques Chirac les rindió a las tropas aliadas que el 6 de junio de 1944 desembarcaron en las playas de Normandía para liberar a Europa de las sombras del nazismo. Enfrentados en una serie de divergencias profundas en el plano internacional, aliados y enemigos de la Segunda Guerra Mundial celebraron con suma gravedad los 60 años del desembarco. Ante 21 jefes de Estado y de gobierno y centenas de ex combatientes venidos de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá, el mandatario francés exaltó los valores comunes de la tolerancia contra el obscurantismo. “Frente a los peligros del tiempo y del mundo, este mundo donde la violencia y el odio encienden demasiadas veces a los hombres y a los pueblos, el mensaje de los héroes de ese ‘Día más largo’ –la llama que nuestros padres llevaron tan alto y que luego nos transmitieron– es nuestra herencia común”, dijo Chirac.
Bajo un sol radiante muy distinto al clima espantoso del 6 de junio del ‘44, los responsables políticos invitados insistieron en todo lo que los une y dejaron en silencio aquello que los divide. El presidente norteamericano, George W. Bush, evitó los deslices hirientes a lo largo de la jornada de ayer. En el curso de una ceremonia común con Chirac en el cementerio norteamericano de Colleville, Bush no incurrió en la barbaridad de repetir lo que dijo en su país hace unos días. El mandatario evitó hacer un paralelo entre el “combate por la libertad” de las tropas que llegaron a Francia en 1944 y las que se encuentran actualmente en Irak. Bush prefirió insistir en que la Alianza forjada entre Estados Unidos y Europa en la Segunda Guerra Mundial seguía siendo “fuerte y necesaria”. Sin hacer la más mínima alusión a la inédita presencia en la ceremonia del canciller alemán, Gerhard Schröder, Bush prometió que si era necesario, “Norteamérica volvería a realizar para sus amigos” otra operación Overlod. El jefe de Estado francés puso dos veces de relieve la “deuda” contraída por Francia y Europa hace 60 años con los Estados Unidos al tiempo que insistió en que “Francia no olvidará jamás lo que le debe a Norteamérica, su aliada de siempre”. Decididamente orientado hacia la reconciliación, el discurso de Chirac también evocó el papel preponderante de la OTAN (Alianza Atlántica). Según dijo el presidente, “frente a las nuevas amenazas la OTAN continúa siendo un elemento fundamental de nuestras seguridad colectiva”.
Las celebraciones del Día D sirvieron para rendir homenaje no sólo a los aliados que protagonizaron el desembarco sino también incorporar a los antiguos enemigos, Alemania, y a resaltar que los ejércitos aliados no fueron los únicos que derrotaron al nazismo. En este contexto y en presencia del presidente ruso Vladimir Putin, Chirac subrayó que las dificultades que atravesaron los “combatientes de la libertad” fueron las mismas que soportaron “en el frente Este, los heroicos soldados del Ejército Rojo, quienes habían abierto el camino progresivamente y de forma irresistible”. Los soldados británicos, belgas, holandeses, noruegos, griegos, checoslovacos, polacos, neocelandeses, canadienses y australianos también fueron evocados. Tampoco podía faltar la alusión al enemigo de ayer y al ejemplo del acercamiento franco-alemán. En Arromanches, el punto central de las 17 ceremonias oficiales organizadas en la costa normanda, el presidente francés saludó el aspecto “ejemplar” de la reconciliación entre los dos países y señaló que “no existe porvenir para el odio”. Chirac argumentó que desde hacia varias décadas, “los enemigosirreductibles del pasado construyen en común su presente. Miran juntos el porvenir, en el respeto de la Historia, de los combatientes, del sufrimiento y de la sangre derramada celebramos juntos la victoria de la paz y la democracia”. Durante una ceremonia francoalemana celebrada en el memorial de Caen, Schröder resaltó “la conciencia alemana” frente a la barbarie nazi, explicó que los alemanes también habían sido víctimas de la “dictadura nazi”y no evitó reconocer la responsabilidad de su país en la hecatombe. “Nosotros los alemanes –dijo– sabemos quién provocó la guerra. Reconocemos nuestra responsabilidad histórica y la tomamos en serio.” Recibido con aplausos calurosos, Schröder homenajeó a los soldados aliados y dijo que los “ciudadanos europeos no deben ofrecerles ninguna posibilidada la guerra, los crímenes de guerra o al terrorismo”.
Los verdaderos héroes de esta jornada no fueron los presidentes ni los discursos sino los ex combatientes. Aplaudidos con fervor, felicitados con amor y admiración, firmando autógrafos como jugadores de fútbol, los ancianos que hace 60 años desembarcaron en Normandía vivieron tres días de gloria recuperada. 142 veteranos representando a 14 países que participaron en el desembarco desfilaron ayer y 14 –uno por país– recibieron la Legión de Honor francesa. Las realidades políticas del mundo y sus consiguientes antagonismos volverán a la mesa de negociaciones hoy. El tema iraquí y el contenido de la resolución que Estados Unidos y Gran Bretaña presentaron en el Consejo de Seguridad de la ONU no ha dejado de dividir a París y Washington. Pero ayer, todo fue memoria, homenajes y reconocimiento.