Sáb 12.06.2004

EL MUNDO  › EL LABORISMO QUEDO TERCERO EN LAS
ELECCIONES MUNICIPALES DE INGLATERRA Y GALES

Una paliza a Blair por Irak en Gran Bretaña

En el primer test electoral desde la debacle de Irak, el primer ministro Tony Blair sufrió el retroceso de su Partido Laborista a un tercer puesto luego de los conservadores y los liberal-demócratas. Y algunos empiezan a pedir su renuncia.

› Por Marcelo Justo

En su peor derrota en décadas, el laborismo quedó relegado a un tercer lugar en los comicios municipales de Inglaterra y Gales y debió confiar en uno de sus más conocidos antiblairistas, el alcalde de Londres Ken Livingstone, para obtener el único éxito de la jornada electoral. Sin esperar a que se conocieran los resultados finales de la llamada “superjornada electoral” del jueves, una de las más tenaces opositoras de Tony Blair, su ex secretaria de Desarrollo Internacional Clare Short exigió ayer la renuncia del primer ministro. “El mensaje del electorado a Tony Blair es claro. Lo que él hizo en Irak es una desgracia y ha deshonrado a Gran Bretaña en todo el mundo. Como él no quiere cambiar de política, la única solución es que renuncie”, dijo la combativa diputada laborista.
La respuesta oficial a los resultados fue homogénea. Asistiendo al funeral de Ronald Reagan en Estados Unidos, el primer ministro atribuyó el resultado electoral a la “sombra de Irak”, pero predijo que el gobierno volvería a la victoria. Varios de sus ministros reconocieron la derrota con un mensaje similar que combinaba humildad con confianza en el futuro. El ministro del Interior, David Blunkett, calificó los resultados de “horrorosos”. “Hay un claro voto de protesta. Tenemos que entender lo que la gente nos dice. Sin lugar a dudas, Irak ha sido un factor”, señaló la ministra de Cultura, Tessa Jowell. En los pasillos del partido y el Parlamento, en los teléfonos y conversaciones reservadas de los diputados, se respiraba un aire de incertidumbre. Uno de los que se atrevió a vocear públicamente el impacto de estas elecciones, su ex ministro de Transporte Peter Kifoyle señaló que el primer ministro se encuentra ante una clara encrucijada. “Muy pronto Tony Blair tendrá que decidir si es un baluarte electoral del laborismo o si se ha convertido en un piantavotos”, señaló a la prensa.
En base a estas elecciones la respuesta parece inequívoca. En una total inversión de la representación partidaria en el Parlamento, los conservadores encabezaron los comicios municipales con un 38 por ciento de los escrutinios, los liberal-demócratas salieron segundos con un 30 por ciento y los laboristas retuvieron un 26 por ciento de los votos, 16 por ciento menos que en las últimas elecciones. En los comicios para alcalde de Londres, Ken “el Rojo” Livingstone fue reelecto con una mayoría ajustada sobre el conservador Steve Norris. Livingstone protagonizó una sonada pelea con Tony Blair, quien forzó su suspensión del Partido Laborista hace cuatro años. La reconciliación de ambos y la reincorporación de Ken “el Rojo” al laborismo resultó un regalo del cielo para su contrincante conservador. Livingstone, que lideraba las encuestas de opinión con comodidad, vio su ventaja carcomida por su nuevo entendimiento con Blair y perdió la mayoría absoluta en la Asamblea de Londres.
En los comicios del jueves se votó también para la renovación de euroescaños y, aunque los resultados sólo se conocerán el domingo, los analistas predicen nuevas pérdidas para el laborismo, sólo atenuadas porque el Partido Conservador resignará votos a manos del Partido de la Independencia del Reino Unido, una agrupación rabiosamente euroescéptica que propone la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. “Muchos diputados sienten que sus propios escaños están en peligro para las próximas elecciones, sobre todo en las circunscripciones electorales en que las diferencias con los otros partidos son mínimas. La tarea de Blair es convencer a todos de que la inestabilidad de un cambio de liderazgo será un peligroso regalo a la oposición”, señaló la politóloga Anne McElvoy.
Las elecciones municipales suelen ser una oportunidad tradicional para el voto protesta. En los comicios de 2000 los conservadores obtuvieron aún más votos que en estas elecciones y un año más tarde Blair fue reelecto con una mayoría parlamentaria absoluta. Pero reveses como el de este jueves sirven para afilar los cuchillos de las luchas intestinas partidarias, como lo comprobó en 1990 la primera ministra con más tiempo en el poder en el siglo XX, Margaret Thatcher. En una declaración reservada, un ministro laborista definió con claridad al vespertino Evening Standard el actual momento político de Blair. “Por supuesto va a haber gente que pida la cabeza de Tony. El tema ahora es cuántos van a seguirlos”, dijo en estricto anonimato el ministro.

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