Europa prometió ayer al gobierno provisional iraquí su apoyo con medidas concretas para que Irak acabe siendo un Estado “seguro, estable, unificado y democrático”. La Unión Europea dejó claro que se opone a la restauración de la pena de muerte en ese país. El presidente iraquí Ghazi al Yauar anunció “una ley de amnistía” para aquellos que combatieron a las fuerzas de la coalición pero están dispuestos a deponer las armas, y “una ley sobre la pena de muerte”. Por otra parte, Irak y Francia reanudaron ayer relaciones diplomáticas plenas y Naciones Unidas ya tiene a la persona que se pondrá al frente de su misión en Irak. A todo esto, el viceministro de relaciones exteriores de Filipinas, Rafael Siguis anunció que el país va a retirar “rápidamente” sus tropas de Irak, en respuesta a la amenaza de un grupo islamista de matar al rehén filipino.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, designó ayer al actual embajador de Pakistán en Washington, Ashraf Jehangir Qazi, como su nuevo emisario. Qazi asistirá al gobierno iraquí en el proceso de reconstrucción política y económica del país y desempeñará un papel relevante en los preparativos de las elecciones previstas para enero de 2005 y en la redacción de la futura constitución iraquí. El puesto de emisario de la ONU en Irak lleva vacante casi un año, desde el asesinato en Bagdad del diplomático brasileño Sergio Vieira de Mello, el 19 de agosto, en el atentado contra la sede de la organización, en el que murieron 21 personas. La ONU no ha decidido una fecha de regreso a ese país.
El anuncio de la reanudación de lazos entre París y Bagdad se esperaba desde que las nuevas autoridades iraquíes asumieron la soberanía el pasado 28 de junio. Aunque el gobierno francés se opuso a la invasión estadounidense y se ha negado a enviar tropas para hacer frente a la insurgencia, ha mostrado su disposición para perdonar parte de la deuda de Irak –2900 millones de dólares– y a entrenar a sus fuerzas de seguridad. Las buenas relaciones existentes entre ambos países desde los años setenta quedaron interrumpidas hace 13 años a raíz de la guerra del Golfo. Saddam Hussein respondió así a la participación de Francia en la coalición para expulsarlo de Kuwait. Desde entonces, se había producido una tibia aproximación. Irak abrió una sección de intereses en París en 1993 al amparo de la Embajada de Marruecos. Dos años más tarde, después de que Bagdad reconociera la soberanía y las fronteras de Kuwait, Francia hacía lo propio en la capital iraquí. Pero sus diplomáticos han estado trabajando hasta ahora bajo la bandera rumana. Ayer, mientras se izaba la bandera francesa sobre la que ya es formalmente la Embajada de Francia en Irak, portavoces de ambas diplomacias expresaban su deseo de intercambiar embajadores cuanto antes. Siete países lo han hecho ya, con Dinamarca, Estados Unidos y Australia a la cabeza.
Los ministros de Exteriores europeos señalaron ayer en sus conclusiones en Bruselas que desean lanzar el diálogo con las autoridades iraquíes para conocer con detalle cuáles pueden ser los aspectos políticos, técnicos, humanitarios y económicos en los que puede desarrollarse esa ayuda de la Unión, que prevé el envío de una misión exploratoria, si las condiciones de seguridad lo permiten, o incluso el establecimiento de una representación permanente en Irak. Bernard Bot, el ministro de Exteriores de Holanda, el país que ahora preside la Unión, dijo que Europa reafirma una vez más su pleno apoyo al pueblo iraquí y a su plena soberanía. “Irak es para los iraquíes”, afirmó.
El ministro iraquí de Exteriores, Hoshyar Zebari, se encontró con la advertencia unánime de los 25 de su frontal rechazo a la probable restauración de la pena de muerte en Irak, pero el ministro iraquí aseguró ante los periodistas que “la realidad exige acciones adecuadas para controlar la situación”. Zebari admitió que la cuestión es “muy delicada porque los países de la UE han abolido la pena de muerte” y sostuvo que la pena capital fue instaurada en Irak sólo con carácter transitorio debido a los “tremendos problemas de seguridad” que afronta. Su homólogo español, Miguel Angel Moratinos, contó luego que Zebari había dicho a los reunidos que, en el caso de incorporarse al sistema judicial iraquí, la pena de muerte será “un elemento disuasorio” y que, en todo caso, se aplicará “en muy pocos casos”. Al Yawer dio a la insurgencia iraquí una “última oportunidad” para deponer las armas y reiteró la oferta de una amnistía para los rebeldes de bajo rango que se desmovilicen y no hayan participado en ataques contra civiles. Al Yawer confirmó que el gobierno interino anunciará “pronto” una amnistía condicional para quienes entreguen sus armas y dejen de integrar grupos hostiles a la ocupación liderada por EE.UU. y a las nuevas autoridades transitorias iraquíes.
Los secuestradores del rehén filipino Angelo de la Cruz dieron 24 horas más antes de asesinarlo para que Filipinas retire sus tropas de Irak, donde persiste la incertidumbre sobre la suerte de dos búlgaros también secuestrados. El viceministro de Relaciones Exteriores de Filipinas, Rafael Siguis, anunció que el país va a retirar “rápidamente” sus tropas de Irak. “En respuesta a la exigencia del ejército islámico de Irak el gobierno filipino va a retirar sus fuerzas humanitarias en cuanto concluyan los preparativos necesarios para su regreso”, declaró el viceministro a la televisión qatarí Al-Jazeera. Sin embargo, no dio una fecha concreta para la retirada de los 51 soldados y policías fiipinos.