Dom 18.07.2004

EL MUNDO

Hay una nueva Intifada palestina, pero ahora es contra Yasser Arafat

Casi 3000 manifestantes palestinos protestaron ayer contra el nombramiento por Yasser Arafat de su sobrino como nuevo jefe de seguridad en Gaza, en el marco de una crisis política marcada por el descontento con la corrupción y la anarquía.

Por Eric Silver y Sa’id Ghazali *
Desde Jerusalén

En un intento desesperado por frenar la ola de anarquía en la Franja de Gaza, Yasser Arafat despidió ayer a dos altos comandantes de seguridad y prometió reorganizar y reducir las fuerzas rivales de ocho a tres. De esta manera se pone de manifiesto que las reformas de seguridad son la piedra angular de esta nueva crisis política en la Autoridad Palestina (AP).
Después de una reunión de gabinete de urgencia, el líder palestino rechazó la renuncia de su primer ministro, Ahmed Qureia, conocido como Abu Ala, quien anunció que los ministros se reunirán en el día de mañana para decidir si renunciarán en bloque. “Esto es un verdadero desastre”, dijo después de que hombres armados rebeldes secuestraran el viernes al jefe de policía palestino, un coronel y a cuatro voluntarios franceses. “Hemos llegado a un nivel de caos sin precedentes.” Qureia ha exigido la aceleración de las reformas institucionales y de seguridad, así como el nombramiento de un ministro del Interior que se haga cargo de los asuntos de seguridad, a cambio de revertir su decisión. Analistas locales destacaron que detrás de la ola de secuestros hay un cansancio de la población y de ciertos altos mandos de seguridad por la anarquía y la corrupción que reina en la franja de Gaza.
Saeb Erekat, el ministro de gobierno local, le dijo a la radio La Voz de Palestina: “Si no podemos enfrentar nuestra responsabilidad, deberíamos dejar abierto el camino para que otros lo hagan”. Ayer el Consejo Nacional de Seguridad de Arafat declaró el estado de emergencia y envió tropas para proteger a los edificios gubernamentales. Arafat luego despidió al general Ghazi Jabali, el jefe de policía nacional, y a Abdel Razek al-Majaideh, el comandante del Servicio General de Seguridad. El general Jabali, que estuvo secuestrado a punta de pistola por alrededor de tres horas, fue reemplazado por Saeb al Ajez, el comandante de la policía en el norte de Gaza. Mousa Arafat, el jefe de la Inteligencia palestina y primo del presidente, se hizo cargo del Servicio General de Seguridad. Ayer, cerca de 3000 palestinos manifestaron contra este nombramiento: “No a la corrupción”, “Sí a las reformas” eran algunos de los slogans de los manifestantes. Las Brigadas de los Mártires de Al- Aqsa, un grupo armado que dice estar vinculado al presidente de la Autoridad Palestina, habían estimado que el nombramiento del sobrino de Arafat provocaría luchas intestinas.
Disidentes palestinos rechazaron las reformas de Arafat por “superficiales y poco convincentes”. Abdel Fattah Hamayel, un ex ministro, opinó: “No creo que estas medidas sean genuinas. Necesitamos cambios radicales, no maniobras asquerosas y superficiales”. Hamayel se unió al coro de críticas a Arafat, que se ha negado reiteradamente a ceder control a sus primeros ministros y comandantes de seguridad. “Hemos tenido suficiente de este show unipersonal”, dijo. “No hay controles. No hay ley. No hay un Poder Judicial independiente.” Esta reorganización ocurre luego de una semana en la que Arafat se enfrentó a crecientes presiones por no lograr imponer su autoridad, luchar contra la corrupción ni reformar sus múltiples fuerzas de seguridad. Está arrinconado, no sólo por los israelíes sino también por críticos palestinos e internacionales. “Le dimos a la Autoridad Palestina tres años para llevar a cabo las reformas”, se quejó al canal de TV árabe Al-Jazeera Abu Iyad, un vocero de los secuestradores del general Jabali. “Esperamos mucho tiempo, pero no hicieron nada. Ahora lo vamos a hacer a nuestra manera.” Bassem Eid, director del Grupo Palestino de Monitoreo de Derechos Humanos, dijo: “Lo que está ocurriendo en Gaza sólo prueba que la Autoridad Palestina no funciona. Abu Ala no ha hecho nada desde que fue designado como primer ministro. Arafat es un obstáculo para cualquier reforma dentro de la sociedad palestina. Abdel Sattar Qassem, un profesor de ciencia política, coincidió: “Arafat es el principal responsable del caos. No quiere ninguna reforma. Nos estamos acercando a una guerra civil”. Culpó a Qureia de igual manera: “Abu Ala es parte del sistema. Esta gente es mentirosa. Dicen una cosa a la noche y después hacen otra durante el día”. A principios de la semana, Terje Roed Larsen, el enviado especial de Naciones Unidas al proceso de paz de Medio Oriente, reprendió a Arafat por su “falta de voluntad política” para introducir reformas. Arafat, quien estimaba a Larsen como un amigo de la causa palestina, respondió declarándolo persona no grata. Militantes palestinos han amenazado con matarlo si vuelve a Cisjordania.
En un informe al Consejo de Seguridad, el diplomático noruego dijo: “La autoridad palestina no ha hecho ningún progreso en su obligación central de tomar acciones inmediatas para terminar con la violencia, combatir el terror y reformar y reorganizar la Autoridad Palestina”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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