El Parlamento italiano perdió uno de sus actores más controvertidos y Silvio Berlusconi, un allegado aunque aliado pendenciero, cuando Umberto Bossi anunció su renuncia ayer. Bossi, fundador de la separatista Liga del Norte y ministro de Reformas en el gabinete de Berlusconi, un abogado incansable de la delegación de poder, sufrió un infarto en marzo y se encuentra aún en el hospital.
A pesar de todo, Bossi seguirá siendo el líder del partido que fundó, y ha informado que uno de sus más fieles tenientes, Roberto Calderoli, el flagelo del partido en el Senado, tomará su puesto en el gabinete.
Pero Montecitorio, el asiento en el Parlamento italiano, no tendrá más a Bossi, y las expresiones de alivio y deleite, aunque discretas, eran extendidas. Bossi, de 62 años, entró al Parlamento por primera vez como senador en 1987, como el único segundo representante de la Liga que él había fundado para ganarse un asiento, y estaba en guerra con el lugar desde el principio. La posición de Berlusconi se ha debilitado en forma palpable, conforme a la deslucida performance de su partido, Forza Italia, en las elecciones regionales del mes pasado. Los aliados de la coalición, a los que les fue relativamente mejor, estaban afilando sus cuchillos y presionándolo para que cambiara sus políticas. El único resultado concreto hasta ahora –antes de la partida de Bossi– fue la renuncia forzada del ministro de Finanzas de Berlusconi, Giulio Tremonti, hace dos semanas.
Las riñas de la coalición indudablemente habrían sido más enérgicas si Bossi hubiera estado para luchar por su lugar. En cambio, tuvo que observar impotente desde su cama en el hospital de Lugano, en Suiza, mientras su amigo y aliado era “empaquetado”. Pero, a pesar de que un analista consideró que Bossi “se rebajó a sí mismo a un puesto menor” en Estraburgo, y de que la izquierda se regocije ante el aparente declive de la suerte de Berlusconi, el final de Berlusconi no está próximo. Su ministro de Finanzas fue reemplazado la semana pasada por Domenico Siniscalco, un hombre descripto como la fotocopia de Tremonti. Su nuevo ministro de Reformas sería del mismo modo un xerox de Bossi.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B Nieva.