EL MUNDO
“Seremos como en la época de Clinton”
Bush embarró las cosas en su desmanejo de la crisis argentina, su apoyo al golpe venezolano y su indiferencia hacia Bolivia. Esto dice Arturo Valenzuela, asesor de John Kerry, en esta entrevista exclusiva con Página/12, donde cuenta qué haría un gobierno demócrata.
› Por Mercedes López San Miguel
Arturo Valenzuela es uno de los asesores externos de John Kerry sobre América latina. El actual equipo demócrata, tal como él señala, desea reavivar el espíritu dialoguista con el continente de la época Clinton y no darles la espalda a las crisis de la región. Valenzuela se desempeñó como subsecretario adjunto en Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado en la primera administración de Bill Clinton y en el segundo turno fue asesor jefe del Consejo de Seguridad Nacional en esa materia. Página/12 lo contactó telefónicamente en Boston, donde participó de la Convención Demócrata.
–América latina está siendo mencionada como prioridad en la agenda exterior de John Kerry, en contraste con la actual administración.
–Se percibe y plantea que lo que ha habido es un descuido con América latina y debe retomarse el tema latinoamericano en política exterior. Es importante darle la prioridad a la región, pero no es que pasa a primer plano, porque aquí prevalecen los temas de seguridad nacional, los conflictos de Medio Oriente, Irak, Corea del Norte. Eso significa llevar un seguimiento claro, coherente y decidido de las crisis de la región.
–¿Algún ejemplo?
–La crisis económica argentina y el colapso de De la Rúa debieron manejarse de otra manera. Pero Bush tuvo escepticismo. Acuérdese de las declaraciones de Paul O’Neill (N. de la R.: ex secretario del Tesoro que renunció a medio mandato de Bush) de que “se las arreglen”. En el equipo de Kerry tenemos la misma actitud que tuvo Bill Clinton. Evidentemente, las herramientas son distintas, porque no es lo mismo encarar la situación de Argentina en 2001 que México en 1994.
–El candidato Kerry se manifiesta interesado por la situación política venezolana (la mencionó en su discurso sobre América latina).
–Estados Unidos avaló a un gobierno provisorio –un retorno a una política ya extinguida–, no tuvo críticas sobre los orígenes de ese gobierno, actuó de modo unilateral, incluso comparó la crisis con la Argentina, cuando en Venezuela hubo una imposición. Con esa respuesta, EE.UU. perdió liderazgo político y moral. Anteriormente, y me refiero a la administración Clinton, las crisis del continente se trataron de un modo muy distinto. Por ejemplo, con la restitución en el poder de Jean Bertrand Aristide en Haití, en 1991. Vemos tres tipos de descuidos: económico, por caso Argentina; político, ejemplo Venezuela, y social, como en Bolivia y Haití el año pasado. Fueron cuatro gobiernos derrocados por crisis que llevaron a la renuncia de los mandatarios –en Venezuela, el golpe militar–. En pleno desborde en Bolivia, Sánchez de Lozada le pidió a Bush una infusión de 100 millones de dólares. El presidente norteamericano le respondió que no es Santa Claus. Ahora, lo que gasta la administración norteamericana entre Haití y Bolivia es mucho mayor.
–¿Existe una preocupación de Kerry sobre el populismo de Chávez?
–La crisis venezolana es compleja. Creo que el gobierno ha contribuido a la polarización. Abogamos por el respeto a la democracia, a los organismos internacionales. Los países acordaron enviar a la OEA (Organización de Estados Americanos) a mediar en la crisis. Y funcionó.
–El candidato ha dedicado parte de un discurso hablar sobre Cuba. ¿No se contemplaría levantar el embargo?
–No. Pero se opone a las últimas medidas de Bush, que son impopulares incluso entre los republicanos. En la época Clinton se permitió mayor flujo de personas, hubo serie de intercambios de alimentos y medicinas y todo llevó a un cambio cualitativo en la relación. Apuntamos en esa dirección.
–En lo estrictamente comercial, John Kerry es proteccionista, ¿les habla a los sindicatos?
–Kerry está a favor de los tratados de libre comercio; plantea no tanto una derogación de los acuerdos sino que los quiere estudiar. Kerry fue crítico de cómo se ha manejado la negociación con América Central, me refiero al Trade Promotion Authority (Autoridad de la Promoción Comercial), el viejo fast-track. Porque esos acuerdos requieren consultas en el Congreso y Bush hizo esfuerzos por acelerarlos a espaldas de aquél, en parte porque estaba buscando apoyo político con Irak.
–Pero está preocupado por la situación de mano de obra en el país con el outsourcing, la exportación de puestos de trabajo a los países subdesarrollados.
–Claro, pero la situación no es cerrarse al mundo, sería desastroso como política económica. Los acuerdos comerciales no son la solución a todo –hay que pensar en otras estrategias– y no deberían ir en desmedro de los temas laborales y ambientales.
–¿Mantendrán la asistencia al Plan Colombia de lucha antinarcóticos?
–Sí, igual asignación de recursos. Randy Beers, asesor en antiterrorismo de la segunda administración Clinton, fue quien conceptualizó el plan y quien pide ayudas en la materia para Perú y Bolivia. Beers (un demócrata que participó en asesoría en política exterior para Reagan, Clinton y los dos Bush) forma parte del equipo actual. La diferencia es que la política no sea solamente en términos militares, que se contemplen las dimensiones de lo social, institucional, la justicia; una estrategia más amplia.
–¿Qué planes tiene para América del Sur y en particular para Argentina?
–No están diseñadas políticas en lo específico. Se formularán cuando se acceda al gobierno. Insisto en que hay una conciencia de dialogar con la región. A donde quiera ir el continente, habrá una estrategia multilateral. En esta convención, Beers, yo y los embajadores hablamos de retomar esa línea.
–¿Cómo ve la región, tras el triunfo de Lula en Brasil, Kirchner en Argentina, Tabaré Vázquez con chance de ganar en Uruguay?
–Hoy hay que pensar cómo se reinventa el Estado, el mercado no lo hace todo. En ese sentido, la veo positivamente. América Central está relativamente mejor –con excepción de Guatemala y Nicaragua–; en México ha habido progresos. Los desafíos son importantes y se requiere de reformas para dar empleo y salir de la pobreza.
–Hábleme del tema insoslayable: Irak.
–Es el desafío más importante de Estados Unidos. Kerry ha dejado claro que fue un error ir a la guerra como se hizo, de un modo tan burdo y sin una concepción clara. Sobre todo, sin el aval de Naciones Unidas. Estados Unidos no puede retirarse ahora, tiene que haber un proceso de internacionalización de Irak, esto es, que otros países colaboren. Estará también como prioridad el esfuerzo por solucionar el conflicto israelopalestino. Repito, fortaleciendo alianzas, no bajo imposiciones.