EL MUNDO
Disparen contra el primer ministro nombrado para complacer al Imperio
Shaukat Aziz, un primer ministro designado y criticado en Pakistán por estar muy próximo a los deseos de Washington, fue blanco de un intento de asesinato ayer, poco después del arresto de un jefe de Al-Qaida.
Por Justin Huggler *
Desde Islamabad
El primer ministro designado de Pakistán, Shaukat Aziz, escapó ileso ayer de un intento de asesinato cuatro horas después del anuncio oficial del arresto de un sospechoso clave, buscado por los ataques a la embajada de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998. No resulta claro quién estuvo detrás del ataque contra Aziz, pero las sospechas cayeron inmediatamente sobre los militantes islámicos, enojados con la decisión del gobierno de apoyar la guerra contra el terrorismo liderada por Estados Unidos. El aparente ataque del terrorista suicida a su caravana de automóviles mató a por lo menos cuatro personas e hirió a una veintena.
Fue después del arresto de Ahmed Khalfan Ghailani, un tanzano buscado por las bombas en la embajada en Kenia y Tanzania que fue capturado en Pakistán el sábado. Es la figura buscada más importante de Al-Qaida desde que Khaled Sheik Mohammed, el supuesto planificador de los ataques del 11 de septiembre, fue arrestado en Pakistán el año pasado. Más de 200 personas murieron con las bombas de las embajadas en Nairobi y Dar es Salaam. Hasta el 11 de septiembre de 2001, fueron los ataques más devastadores de Al-Qaida contra Estados Unidos.
Pero el arresto de Ghailani dejó muchas preguntas sin responder. De acuerdo con las autoridades paquistaníes, fue capturado después de un tiroteo en la ciudad de Gujrat, en la provincia de Punjab. Se había mudado a la ciudad hace un mes, según las autoridades. Pero Gujrat está alejada de los principales campos de batalla en la búsqueda de Al-Qaida, en el pacífico corazón del establishment de Punjab. Los observadores paquistaníes comentaron ayer que sería difícil para un africano establecer un hogar en Gujrat, donde los extranjeros no son tan comunes, sin llamar la atención. No suena como un buen escondite para un hombre cuya cabeza tiene un precio de 5 millones de dólares. El arresto también despierta interrogantes sobre la habilidad de Al-Qaida para operar, cuando se considera que Punjah está bajo un estricto control de las fuerzas de seguridad paquistaníes, a diferencia de Baluchistan y las áreas tribales federalmente administradas, que han sido los principales escenarios de la búsqueda de sospechosos de Al-Qaida.
Sin embargo, la mayoría de los principales sospechosos atrapados hasta ahora han sido capturados no en las remotas áreas tribales, sino en las principales ciudades de Pakistán, Abu Zubayda en Faisalabad, Ramzi bin al Shibh en Karachi y Khaled Sheik Mohammed en Rawalpindi, por lo menos según la versión oficial. Las autoridades paquistaníes dijeron que Ghailani estaba en custodia paquistaní para ser interrogado, pero que podría ser entregado a Estados Unidos a su debido tiempo, como lo fueron todos los importantes fugitivos de Al-Qaida capturados en Pakistán antes.
No hubo indicios de si el intento de asesinato de ayer contra el nominado primer ministro fue en respuesta al arresto de Ghailani, pero el momento elegido es sospechoso. Antes de ser asesinado el mes pasado, Nek Mohammed, el líder tribal pashtún acusado de albergar a fugitivos de Al-Qaida, amenazó con lanzar ataques dentro de las ciudades de Pakistán. La caravana de Aziz fue atacada cuando abandonaba un acto electoral en la ciudad de Attock, en el norte de Punjab. Hay informes confusos: algunos dicen que se lanzó una granada contra la caravana, otros que un terrorista suicida se lanzó contra el automóvil de Aziz. Aziz, nombrado por el presidente Pervez Musharraf, está haciendo campaña para obtener una banca en el Parlamento, que debe tener antes de entrar en funciones como primer ministro. Ha sido una elección impopular, acusada de estar demasiado cerca de Estados Unidos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.