Sáb 31.07.2004

EL MUNDO  › KERRY Y EDWARDS SE LANZARON A UNA GIRA DE 14 DIAS, 21 ESTADOS Y 6000 KILOMETROS

Ahora, a la conquista de Estados Unidos

Es el maratón electoral más grande desde los de Harry Truman en 1948 y Bill Clinton en 1992. Después de la exitosa Convención de Boston, John Kerry y John Edwards iniciaron ayer una gira electoral gigantesca para capturar el voto contra George W. Bush en noviembre.

Por Andrew Buncombe *
Desde Boston

Un John Kerry energizado dejó Boston para volver a la ruta de campaña, partiendo en un viaje por micro, barco y tren que lo llevará de costa a costa a través de 21 estados. En estas dos semanas, Kerry viajará casi 6000 kilómetros atravesando muchos de los estados cruciales que decidirán el resultado de la elección de noviembre. Comenzó ayer con paradas en Newburgh, el estado de Nueva York, Scranton, Pennsylvania y esta mañana va a hablar frente a una multitud de la ciudad de Greenburg en Pennsylvania.
“Noventa y siete días, hagamos que suceda”, declaró Kerry mientras él y su compañero de fórmula John Edwards, presenciaron un evento durante la mañana, antes de partir. Este viaje hace recordar el legendario viaje de campaña de Harry Truman por Estados Unidos en tren y el viaje de Bill Clinton en micro después de la convención en 1992 que lo propulsó hacia la Casa Blanca. “Los estadounidenses obedecen las reglas, mientras que un grupo de gente están escribiéndolas para ellos mismos y dejando afuera al resto de Estados Unidos. Vamos a dar eso vuelta. La ayuda está en camino para la gente común y corriente del país.”
El hecho de que Kerry emanara un aire de pura felicidad al subir al micro de campaña no era sorprendente. El jueves por la noche, cargó energías con las adulaciones de simpatizantes y delegados encantados, muchos de los cuales habían dudado de que Kerry pudiera dar un discurso inclusivo, pero a la vez detallado, que atrayera a los votantes que no estaban en la sala de convenciones de Fleet Centre en Boston. Como para responder a estas dudas, Kerry declaró el jueves por la noche: “Mis amigos, el camino difícil nos lleva hacia un mejor lugar. Y por eso, los republicanos y los demócratas deben hacer que esta elección sea un concurso de grandes ideas, y no de ataques mezquinos. Esta es nuestra oportunidad para rechazar una política calculada para dividir razas, grupos y regiones. Tal vez algunos solamente nos ven como estados rojos y estados azules, pero yo veo un Estados Unidos rojo, blanco y azul”.
Mientras los dos senadores, Kerry y Edwards, partieron de Massachusetts ayer por la mañana, las primeras señales indicaban que la boleta demócrata había convencido a muchas personas en todo el país. La campaña de Kerry dijo que el jueves –el día de su discurso de aceptación– había recaudado U$S 5,6 millones a través de su sitio web, un record para donaciones online. La campaña dijo que los fondos recaudados irán al Comité Nacional Demócrata, ya que Kerry debe operar en concordancia con las leyes de financiamiento público ahora que es un candidato oficial.
Después del discurso, los delegados dejaron la sala de convenciones, transpirados, sonrientes y encantados. Era claro que habían recibido una sacudida, que los ayudará cuando vuelvan a sus comunidades para intentar convencer a la gente de que voten por su candidato, dijeron. Muchos, probablemente la mayoría, difieren de Kerry en algunos temas claves, especialmente la guerra en Irak, para la cual había poco apoyo. A pesar de esto, el tema predominante de la semana en Boston era intentar formar un frente unido para sacar al presidente George W. Bush de la Casa Blanca. Aunque muchos delegados estaban satisfechos con esta idea, todavía había muchas dudas en torno a si Kerry, que no es famoso por ser un orador electrizante, estaría a la altura de las circunstancias. El jueves, en las calles cercanas a la sala de convenciones atestadas de gente, el veredicto general era que Kerry había cumplido.
“John Kerry trajo el mensaje que todos queríamos escuchar”, dijo Jimmie Lou Fisher, un delegado de Little Rock, Arkansas. “Lo que me impactó fue el pedido que le hizo al presidente Bush para que el debate sea sobre estadounidenses, no sobre republicanos y demócratas. Y que las cosas no sepongan agresivas.” Carol Larkin, de Garden City, Michigan –uno de los “estados oscilantes”– dijo que quedó impresionada por el hecho de que Kerry había sido muy específico en los temas militares, salud y educación. “Nos dio un plan definitivo de lo que va a hacer y cómo lo va a hacer y de dónde va a venir el dinero para hacerlo”, dijo. “Lo que voy a recordar es que ésta es la respuesta a aquellos que dudaban si tenía cualidades de liderazgo. Hoy quedó claro que las tiene.” A otros simplemente les brotaba la excitación por el discurso de Kerry y los aplausos sentidos que recibió mientras él, Edwards, sus esposas y sus familias y luego el equipo entero de simpatizantes de alto perfil, subieron al escenario para una larga ovación de pie.
“Creo que apeló a los mejores instintos de la gente norteamericana”, dijo Betty Hutchoen de Nueva Jersey. “Creo que demostró que lo que es bueno para él es bueno para la gente. Esta es la elección más importante y todos deben votar.” Pero, a pesar de los aplausos y la cuasi histeria del jueves por la noche, Kerry sabe que todavía tiene una fuerte lucha por delante si es que quiere transformar el apoyo que recibió aquí en un éxito ganador a través del país.
Como para recordárselo, el titular de la Casa Blanca retornó a la campaña dando un discurso espinoso en Springfield, Missouri (ver nota abajo) y enfatizó los temas que él piensa que son sus fuertes –particularmente, seguridad nacional–. También lanzó una serie de críticas a Kerry, retratándolo como una veleta en sus opiniones que cambió de idea sobre votar el apoyo de la guerra en Irak. El evento del viernes lanzó el esfuerzo previo de Bush antes de la convención nacional republicana en Nueva York a finales de agosto.
“Estratégicamente, es un mes importante para nosotros”, dijo Nicolle Devenish, la directora de comunicación de la campaña de Bush a la CNN. “Comenzamos la campaña hablando de lo que ha pasado el país, la guerra sobre el terror y la economía. Ahora hablaremos de la visión de los próximos cuatro años y la diferencia en las visiones para el futuro”.
Obviamente, Kerry dijo algo muy parecido cuando habló el jueves. “Mis compañeros estadounidenses, esta es la elección más importante de nuestras vidas”, sentenció. “Las apuestas son altas. Somos una nación en guerra –una guerra global sobre el terror– contra un enemigo que no se parece a ninguno que hemos conocido en el pasado. Y aquí, en casa, los sueldos están cayendo, los costos de salud están aumentando, y nuestra gran clase media se está achicando”.
Todavía faltan tres meses para las elecciones. Si Kerry y Bush continúan a este paso, van a necesitar de toda la energía que tengan.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman

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