Sáb 28.08.2004

EL MUNDO

Ganamos rápido, por eso estamos perdiendo, pero volveremos a ganar

El presidente norteamericano admitió ayer que hubo “errores de cálculo” para la posguerra de Irak, pero lo justificó por la velocidad de la guerra y dijo que las condiciones estaban mejorando.

Por José Manuel Calvo *
Desde Washington

George W. Bush, en plena actividad de campaña –como si en lugar de dos meses quedaran dos semanas para las elecciones– reconoce por primera vez que algo hizo mal en el conflicto de Irak. En una entrevista con The New York Times, el presidente dijo que calculó mal las condiciones en las que estaría el país en la posguerra y que eso facilitó la insurgencia contra las tropas ocupantes. Bush también defendió el historial de héroe de su rival John Kerry en Vietnam, pero no hasta el punto de condenar explícitamente la campaña del grupo Veteranos por la Verdad, que ha resultado, por el momento, notablemente perjudicial para el demócrata. La entrevista se publicó el mismo día que Bush ampliaba los poderes del director de la CIA y daba luz verde a un organismo central de inteligencia de modo de hacer suyas dos de las recomendaciones de la comisión bipartidista sobre el 11-S y quitárselas a John Kerry, a tres días de la Convención Republicana en Nueva York.
La admisión de responsabilidades es más importante por invertir una tendencia –la de negar errores– que por lo que dice. El pasado 13 de abril, en una de las escasas conferencias de prensa en la Casa Blanca, Bush fue incapaz de contestar a la pregunta de si se arrepentía de alguna de sus decisiones sobre Irak. Ahora, en la conversación mantenida en Nuevo México con los periodistas de The New York Times, el presidente reconoce que “calculó mal” la situación en la que iba a estar Irak después de la guerra y que “la rápida victoria” condujo a la indeseada consecuencia de que buena parte de las tropas de elite de Saddam Hussein se dispersaran por el país y tuvieran tiempo y recursos para organizar la insurgencia. A continuación, Bush añade que su gobierno ha sido “suficientemente flexible” como para responder al error de no haber previsto esto. El presidente asume que esta imprevisión ha complicado los planes políticos y económicos de la reconstrucción en Irak y ha hecho que el país aún no sea seguro, pero insiste en que “ahora estamos adaptándonos a las condiciones”, y pone como ejemplo Najaf, donde las tropas norteamericanas han combatido con las iraquíes hasta la mediación del ayatolá Alí Sistani para que depusiera las armas el clérigo radical Muqtada al Sadr. ¿Algún error más?, se le pregunta al presidente. Dejémoslo en eso, contesta Bush, que cede a los historiadores las respuestas y que cita a su padre en la poca disposición hacia las “reflexiones de sillón sobre las decisiones tomadas”. En otro encuentro mantenido con periodistas de USA Today a bordo del avión presidencial, Bush dice que tomó la decisión correcta al ir a la guerra y que cree que los votantes no lo castigarán por ello, aunque estén en desacuerdo: “La guerra es la decisión más difícil para un presidente, y yo entiendo que haya gente que esté enfadada por la decisión de ir a la guerra”.
Por lo demás, el presidente –que recorre sin descanso un estado clave tras otro antes de desembarcar en la Convención, el próximo jueves– hila fino en la polémica sobre Vietnam; reitera su convicción de que lo que Kerry hizo en Vietnam, y por lo que fue repetidamente condecorado, es cierto, pero evita expresar una condena específica sobre la campaña de anuncios de los Veteranos por la Verdad en la que –con dinero de un amigo de los Bush y con la colaboración de al menos dos destacados asesores republicanos– se pone en cuestión ese historial y se acusa de mentiroso y traidor al demócrata. Lo que hace el presidente, en lugar de condenar específicamente la campaña, es criticar que los grupos paralelos no sujetos estrictamente a los partidos puedan hacer propaganda política: “Entiendo cómo se siente el senador Kerry; yo también he sido atacado por los grupos 527 (llamados así por la sección del código fiscal que regula sus actividades)”.
La campaña de los Veteranos ha sido ya costosa para el aspirante demócrata. Además de jugar un papel importante en la neutralización de lapequeña ventaja que llevaba en los sondeos, el debate ha sido muy negativo porque ha creado dudas sobre la opción que Kerry tomó –hacer de Vietnam un eje central de su campaña–. Tres encuestas le dieron ayer en contra, aunque dentro del margen de error.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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