Sáb 18.09.2004

EL MUNDO  › LA CASA BLANCA ENSAYA SUS DEFENSAS EN UN PANORAMA PREELECTORAL CONTRADICTORIO

Armas no había, pero las iba a haber

Con la campaña electoral estadounidense en su recta final, un informe de EE.UU. reveló que Saddam Hussein no tenía armas de destrucción masiva, pero que pretendía fabricarlas. Un sondeo da a George W. Bush 13 puntos de ventaja sobre John Kerry y otros dos muestran un empate.

Por José Manuel Calvo *
Desde Washington

El borrador del informe de Charles Duelfer, enviado de EE.UU. a Irak para buscar los supuestos arsenales de armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, indica que las armas no existen ni existían cuando empezó la guerra. Al mismo tiempo, afirma haber detectado señales de que el anterior régimen iraquí tenía proyectos para fabricar esas armas, que esperaba desarrollar cuando la ONU levantara las sanciones. El informe coincide con la intensificación de los ataques del demócrata Kerry –que ayer acusó al vicepresidente Cheney de cobrar de Halliburton– y con sondeos contradictorios sobre las elecciones.
El informe, que tiene 1500 páginas, ha circulado en forma de borrador por varios medios de comunicación, filtrado por el gobierno porque respalda la explicación de la guerra como medida preventiva para contrarrestar los planes de Saddam Hussein. “Lo que se ha dicho de ese informe es acertado. En él se señala que el gobierno iraquí quería producir armas de destrucción masiva, pero también se reconoce que no han encontrado pruebas serias de que lo estuviera haciendo antes de la guerra”, aseguran fuentes cercanas al Consejo de Seguridad Nacional, que suponen que pasarán todavía algunas semanas hasta que se complete el informe, pero que aseguran que “las conclusiones del borrador que han circulado no van a ser modificadas”. Según el borrador, Duelfer –que sustituyó al jefe de los inspectores, David Kay, el hombre que dijo en enero que “estábamos equivocados en casi todo”– afirma que antes de la guerra Saddam estaba importando materiales prohibidos específicamente por el embargo, que mantenía un aparato de producción industrial de doble uso y que trabajaba en el desarrollo de aviones no tripulados, algo también prohibido por la ONU. Pero el desarrollo de los programas de armas químicas y biológicas era mínimo, señala el informe, que sostiene que el ex presidente iraquí tenía intención de relanzarlos tras haber superado las inspecciones de la ONU. También se apunta que algunos elementos de esos programas pudieron haber sido desplazados fuera de Irak antes de la guerra.
La aparición del nuevo informe –no muy diferente al que presentó Kay hace un año, pero más comprensivo con la posición de Bush de que la guerra se justificó por la amenaza que suponía Saddam– no debería tener un gran impacto en el debate electoral. Que las armas no han aparecido lo repite el presidente Bush en casi todos sus actos de campaña, pero completa el argumento diciendo a continuación que Saddam era una amenaza, y eso no choca con la parte del informe que da más detalles que el de Kay sobre los supuestos planes del régimen para desarrollar en el futuro los programas, detalles basados en “documentos firmados por dirigentes iraquíes y en conversaciones con científicos y responsables políticos”, según The New York Times.
Kerry sigue haciendo de Irak un asunto central de su ofensiva. Ayer introdujo Halliburton, el conglomerado de empresas al frente del que estaba el vicepresidente Dick Cheney antes de entrar en el gobierno y que luego se llevó gran parte de los contratos de reconstrucción en Irak. Según Kerry, Cheney cobró de Halliburton después de haber entrado en la Casa Blanca. El demócrata ha decidido que sus esperanzas de recuperación están en exponer los errores anteriores y posteriores a la guerra, lo cual tiene sentido, porque son evidentes y porque la situación en Irak es muy mala y las perspectivas, pesimistas, como admite el último informe del Consejo Nacional de Inteligencia. El problema de Kerry es que apoyó la guerra y que, a pesar de sus explicaciones y matices, en agosto dijo que volvería a hacerlo aun sabiendo todo lo que se supo luego. Los sondeos no ayudan a despejar el panorama. Después de conocerse los del jueves del Pew Center y el de Harris, en los que ambos candidatos están prácticamente empatados, una nueva encuesta de Gallup para USAToday y CNN aseguró ayer que Bush tiene una ventaja de 13 puntos (55-42) entre votantes probables. Entre votantes registrados –los que van a votar seguro–, la diferencia es de 8 puntos. En los sondeos hechos por Gallup, es el respaldo más alto al presidente desde la captura de Saddam. Su índice de aprobación general sube también al 52 por ciento. Kerry, en todo caso, debe acelerar a fondo estas dos semanas para llegar al primer debate con la mayor ventaja posible. Según el Pew Center, este año hay un 61 por ciento de personas que planea ver los debates, a diferencia del 43 por ciento que lo hizo en 2000.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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