Sáb 30.10.2004

EL MUNDO  › UN DIA ENTRE LAS HUESTES DE CAMPAÑA DE BUSH

Sonríe, W. te está protegiendo

Por E. F.
Desde Miami, Florida

“Vote por G. Bush. A John Kerry ya lo eligieron los franceses”, dice el afiche clavado en el jardín de una coqueta residencia de Miami. La frase se refiere a las preferencias francófonas del candidato demócrata, que habla francés y que, como en casi todos los países del Viejo Continente, es el preferido de los “no votantes” europeos. Desde hace unas semanas, una camiseta con el nombre del aspirante demócrata afrancesado circula en los mítines electorales, “Jean Kerry, el mejor presidente para Francia”, reza la inscripción. Los republicanos soportan mal la manifiesta hostilidad con que “el planeta” trata a su candidato.
En la espaciosa y alborotada oficina de la campaña republicana de Miami situada en la calle 42, ajenos a la hostilidad ambiente, los responsables y los militantes del partido trabajan sin descanso buscando los electores de última hora. María de la Milera, coordinadora de la campaña de Bush en Miami, reconoce que su partido tiene mala fama. “El sentimiento que más mueve esta campaña es contra el presidente. Todo el mundo piensa que él se robó las elecciones del 2000, lo cual no fue cierto. Aquí vivimos con ese odio: la gente nos dice: me quitaste las elecciones del 2000, ahora te las voy a quitar yo.” La dirigente republicana lamenta que la gente actúe así, que no le importe “el buen papel que hizo el presidente, la energía, el amor y las difíciles decisiones que tomó. Bush lo hizo con valentía, pensando en la seguridad de esta nación. Pero esas cosas nadie las quiere ver y lo repudian. La gente tendría que pensar más bien en que nuestro país está en guerra y no podemos darnos el lujo de cambiar a nuestro presidente”.
La visión de Paul Crespo, secretario general de la campaña, es aún más particular. Crespo piensa que las manifestaciones de antagonismo que provienen de todos los continentes son promovidas por un complot fomentado por la izquierda mundial. “Me acuerdo de la época de Reagan”, dice el hombre con una expresión llena de simpatía. “En ese entonces, los europeos protestaban contra Reagan. Después descubrimos que esas manifestaciones multitudinarias estaban organizadas por el Partido Comunista y el KGB” (ex servicios secretos de la difunta Unión Soviética). Crespo también acusa a la prensa norteamericana y a la izquierda local de estar detrás del complot. Según dice, “la prensa izquierdista es responsable del clima de hostilidad que vivimos aquí. Peor todavía, grupos como el del millonario George Soros gastó 100 millones de dólares para atacar al presidente”.
María de la Milera sostiene que “se trata de una negación que tiene el mundo hacia lo que es la democracia y la libertad. George Bush quiere que el mundo sea libre y tenga derecho a expresarse, que la gente pueda actuar como quiere y no bajo la amenaza del terrorismo. Para mí, Bush representa la libertad y la esperanza para el mundo entero”. La mujer, amable y de ojos eternamente enamorados, está convencida de que los dirigentes de los demás países “están celosos de nuestro presidente. Ellos ven que es un hombre moral, que los sentimientos que lo mueven son el amor hacia su patria y no los intereses”.
Crespo no habla de oposición sino de odio. “El odio que algunos grupos izquierdistas y radicales le tienen a Bush es irracional, no está basado en ninguna evidencia. Este tipo de rencor no debe existir en un país democrático. Es lamentable. No hay justificación. Atacar al presidente de una manera tan irresponsable y extremista es feo.” Modestos, trabajadores, solidarios entre ellos y hasta con los demás, los republicanos están íntimamente convencidos de que su héroe es el salvador incomprendido de un mundo que perdió toda referencia moral. Bush está en la tierra para protegernos.

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