EL MUNDO
› OLA DE REPRESALIAS EN TODO IRAK MIENTRAS PREPARAN EL ATAQUE FINAL A FALUJA
Así entrena W2 en su estado número 51
Días después del resonante triunfo de George W. Bush en las elecciones norteamericanas, el ataque final de sus tropas contra la ciudad rebelde de Faluja parece inminente. Pero sus fuerzas carecen de experiencia de combate y los insurgentes habrían salido del lugar.
Por Kim Sengupta *
Desde Bagdad
Un día de violencia devastadora en Irak, incluyendo una ola de ataques con coches bomba en Samarra y fuertes ataques aéreos norteamericanos en Faluja, dejó al menos 40 muertos ayer y colocó a funcionarios del gobierno interino iraquí fuera de escuadra con Estados Unidos, sobre la inminente ofensiva contra los rebeldes. Luego de críticas de Kofi Annan, altos funcionarios del gobierno de Iyad Allawi se hicieron eco de la advertencia del secretario general de la ONU, en el sentido de que un ataque contra Faluja, que se espera en las próximas 24 horas, solamente escalará el derramamiento de sangre y pondrá en peligro las elecciones, programadas para enero. El presidente interino, Ghazi al Yawar, está entre quienes creen que el resultado será gatillar una rebelión generalizada en todo el país.
Mientras aviones de guerra norteamericanos golpeaban Faluja en el bombardeo más pesado en seis meses, destruyendo un hospital, un depósito médico y docenas de casas, un anticipo de la posible represalia vino en Samarra. En el espacio de tres horas, un conductor kamikaze irrumpió con su auto en una comisaría; tres coches bomba estallaron en otros puntos de la ciudad y se dispararon morteros contra otras tres comisarías. Los testigos afirmaron que tropas estadounidenses abrieron fuego en medio de escenas caóticas, rociando de balas los autos que pasaban. Samarra, un ex santuario rebelde a 90 kilómetros al norte de Bagdad, fue recapturada por tropas norteamericanas el mes pasado en una operación, considerada como un ensayo general para Faluja. Las muertes de ayer, en una serie bien coordinada de ataques con bombas y morteros, mostraron lo lejos que están EE.UU. y el gobierno interino iraquí de ejercer un control efectivo de la ciudad.
Tropas estadounidenses también libraron fuertes combates cerca de Ramadi, como Faluja un centro de insurgencia sunnita, dejando 20 marines heridos. En el camino al aeropuerto de Bagdad, estalló un coche bomba, hiriendo a tres soldados estadounidenses y matando a un civil iraquí. El comando central del contingente polaco en el centro de Irak fue atacado con morteros, y dos de sus helicópteros quedaron bajo fuego.
Ominosamente para Washington y el gobierno iraquí, soldados estadounidenses fueron atacados en Ciudad Sadr, el vasto barrio pobre chiíta adyacente a Bagdad, planteando la perspectiva de una alianza chiíta-sunnita en represalia por el ataque contra Faluja, en cuyos suburbios se han concentrado 10.000 tropas estadounidenses. Estados Unidos y el gobierno interino iraquí intentaron reconciliarse con los milicianos chiítas, al tiempo que confrontaban a los milicianos sunnitas, ofreciendo una amnistía con entrega de armas al Ejército de Mehdi, mientras su líder, Muqtada al Sadr, expresaba interés en el proceso político.
Ayer había pruebas crecientes, de que vastas cantidades de insurgentes se han filtrado a través de la red estadounidense, en torno a Faluja y se han reagrupado para llevar a cabo ataques en otras partes. Los militares estadounidenses, que hasta ahora dieron que había más de 5000 combatientes en la ciudad, ayer revisaron su estimación a 1200. Al mismo tiempo, se supo que muchos de los soldados estadounidenses que los enfrentan nunca han estado en combates importantes. “Un 95 por ciento de mis hombres no tienen experiencia de combate fuerte y muchos no tienen ninguna experiencia en absoluto”, dijo el sargento Michael Edwards, un tanquista. “Su desempeño estará basado en su entrenamiento, no en su experiencia de combate”.
La perspectiva del asalto estadounidense contra Faluja ha ocasionado serias fricciones dentro del gobierno interino de Iyad Allawi. El presidente Al Yawar ha acusado a Allawi y a sus patrocinantes estadounidenses de sobrerreacción grosera y de ser los culpables del colapso de las negociaciones. “El manejo de esta crisis por la coaliciónes equivocado”, dijo Al Yawar recientemente. “Es como alguien que disparara a la cabeza de su caballo solamente porque una mosca se le puso encima. El caballo murió y la mosca voló a otro lado”. En Faluja, residentes locales describieron una bola de fuego proveniente de ataques aéreos norteamericanos iluminando el cielo y haciendo temblar la ciudad. El Hospital de Emergencias Nazzal, financiado por una organización de caridad saudita, resultó muy dañado y un complejo cercano, usado para almacenar suministros médicos fue destruido. Militares estadounidenses dijeron que los raids habían estado apuntados contra “posiciones de combate fortificadas” y depósitos de armas. Tanques norteamericanos fueron vistos también en acción en el nordeste de Faluja, desde donde atacaron posiciones insurgentes. Ahmed Rahim Mohammed, quien salió de Faluja el jueves antes de que la ciudad fuera efectivamente sellada por los estadounidenses, dijo anoche: “Casi no quedan mujeres o niños en la ciudad ahora, sólo hombres. Nos habíamos desplazado de las áreas más expuestas hacia el centro de Faluja, pero ahora ya no quedan lugares seguros. Hay mujaidines en la ciudad y están bien armados. Pero tampoco es ningún secreto que muchos de ellos, cientos, quizá miles, han huido”.
Mientras tanto, combatientes liderados por el jordano Abu Musab al Zarqawi asumieron la responsabilidad por la muerte de tres soldados del regimiento británico Black Watch en una emboscada el jueves. Las palabras coincidieron con la emisión de un comunicado por la familia del soldado Paul Lowe, una de las bajas del Black Watch. Dijo la familia: “Paul fue un resuelto y admirable joven soldado, que había querido unirse al Black Watch, desde que tenía siete años”. Un amigo de la familia agregó: “Su madre, la señora Helen Lowe, fue golpeada duramente por la prematura muerte de su hijo, de quien ella y sus hermanos estaban inmensamente orgullosos”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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