Ariel Sharon anunció su intención de formar un gobierno de “unidad” con el laborismo, mientras que el presidente egipcio, Hosni Mubarak, exhortó ayer al liderazgo palestino, actualmente con problemas, a hacer una tentativa y pactar las paces con el primer ministro israelí. Posteriormente a la sonada derrota en el Knesset por su presupuesto, Sharon les dijo a los editores de periódicos israelíes que ahora “no tenía otra alternativa” que buscar una nueva coalición con el Partido Laborista y los dos partidos que representan a los judíos ortodoxos.
Luego de haber destituido a cinco ministros de su principal aliado de coalición, el Shinui, por haber votado contra el presupuesto, Sharon dijo que ahora planeaba persuadir al poderoso comité central del Likud para que aceptase al laborismo en el gobierno. Reafirmando su determinación de implementar su amenazado plan de “desconexión” de Gaza, Sharon incluso sugirió que el líder laborista Shimon Peres (de cuyo respaldo depende ahora para empujarlo hacia adelante) podría tener cualquier puesto en el gabinete aparte del suyo.
En medio de señales de que el Comité Central podría estar preparado para revertir su oposición a la fórmula de la unidad, Sharon declaró en un mordaz mensaje a los disidentes del Likud: “Hay dos opciones claras: gobierno de unidad o elecciones. Espero que mis amigos entenderán que hemos alcanzado este punto y que no hay otras alternativas”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.