EL MUNDO
› DENUNCIAN UN CENTRO SECRETO DE
LA CIA PARA PRESOS ISLAMICOS “FANTASMA”
La prisión en la prisión de Guantánamo
Por Rosa Townsend *
Desde Miami
La Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. ha mantenido una prisión secreta dentro del penal de Guantánamo para jefes de la organización Al Qaida y otros “detenidos valiosos” de la guerra contra el terrorismo, según fuentes anónimas citadas por The Washington Post. El diario afirma que “no está claro que siga en funcionamiento”, y el Pentágono y la CIA rehusaron comentarios sobre el asunto.
La prisión, construida el año pasado dentro del Campo Echo de la base, ha causado fricción entre los militares y la agencia de espionaje. La CIA ha sido un huésped incómodo porque no se atiene a las normas del Pentágono, que es el que controla la operación de Guantánamo. Amparada en una autorización especial del presidente George W. Bush, la CIA gestiona una red secreta de prisiones alrededor del mundo para “cierta clase” de sospechosos.
Los detenidos “fantasma” no constan en ningún registro ni el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) tiene acceso a ellos, mientras que los 550 presos de Guantánamo, a pesar de su situación indefinida, sí reciben visitas de ICRC y gracias a un fallo de la Corte Suprema pueden recurrir ante la Justicia civil de EE.UU. Cuando la CIA abrió su cárcel secreta los militares de Guantánamo le pidieron dos cosas: una lista de los detenidos y que la Cruz Roja pudiera verlos. La CIA rehusó. Desde entonces el Pentágono ha insistido en que suspendieran la operación o se adaptaran a las reglas del juego. No está claro quién ha ganado esa batalla.
Tras los atentados del 11-S, equipos paramilitares de la CIA en conjunto con servicios de inteligencia extranjeros arrestaron a decenas de sospechosos que poseían información sobre los ataques y la logística de la organización de Osama bin Laden. Los fueron distribuyendo en prisiones de la red global, entre las cuales una está en la base de Bagram, en Afganistán, y otra en la isla de Diego García. En otras ocasiones supuestamente los albergaron en cárceles especiales de países que cooperaban, como Jordania, Egipto y Tailandia.
Al menos en el caso de Tailandia, el gobierno estaba dispuesto a ayudar pero no a que la CIA instalara su operación secreta en forma permanente, y solicitó el traslado de los presos a otro país. Guantánamo era la mejor opción, fuera del alcance de la Justicia de EE.UU. y de la prensa, donde pudieran interrogar indefinidamente a los capturados. La prisión secreta de la CIA se levantó dentro del Campo Echo, amurallado con una valla de malla verde billar, donde el Pentágono recluye a “sus” detenidos más valiosos y a los que 15 que aguardan juicio, cuatro de los cuales han sido ya formalmente acusados.
Las fuentes que han filtrado la información al diario norteamericano dicen haber observado mucho tráfico de gente entrando y saliendo del recinto secreto, pero desconocen quiénes son los prisioneros. Sí se sabe, por filtraciones anteriores, que la CIA mantiene en cárceles secretas a tres de los cerebros del 11-S, Khalid Sheik Mohammed, Ramzi Binalshibh y Abu Zubaida, así como al jefe del movimiento islámico terrorista del sur de Asia, Nurjaman Riduan Isamuddin, alias Hambali.
Se cree que la CIA mantiene unos 40 detenidos, fantasma, en total en la red global de cárceles. La filtración a la prensa sobre la de Guantánamo beneficia hasta cierto punto al Pentágono porque se produce en momentos en que los militares que gestionan la base son blanco de críticas por supuestos malos tratos a algunos detenidos. El caso tiene similitud con el de las fotos de torturas en Abu Ghraib, en Irak. En aquella cárcel iraquí no quedó claro quién daba las órdenes a la policía militar que maltrató y ridiculizó a los prisioneros, algunos implicados dijeron estar a las órdenes de la CIA y contratistas privados de la agencia de inteligencia.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.