El partido Likud y el Laborista llegaron ayer a un acuerdo para formar un gobierno de unión nacional en Israel, anunció un portavoz del primer ministro Ariel Sharon. Según el acuerdo, que será firmado mañana en el marco de un gabinete de acuerdo nacional, los laboristas tendrán ocho carteras, entre ellas las de Interior, de Vivienda y Construcción, de Infraestructura y de Comunicaciones. Estas últimas carteras son las que se ocupan de la financiación de las colonias; por lo tanto, de esta manera los laboristas se aseguran el retiro efectivo de ellas de la Franja de Gaza. Shimon Peres, líder del Partido Laborista, será “viceprimer ministro de la oficina del primer ministro”, añadió el portavoz.
El jefe del laborismo compartirá el puesto de viceprimer ministro con quien tiene actualmente ese título, Ehud Olmert. Según Peres, “el proceso iniciado con la decisión de desmantelar las colonias judías de la Franja de Gaza significa el primer paso para la creación de un Estado palestino, que en Israel cuenta con el apoyo de la mayoría”. Según el líder laborista, mantener las colonias en Gaza es una situación “imposible de integrar en una perspectiva de paz”; “la existencia de dos Estados es la única opción”. Peres confía en que una vez que desaparezcan las colonias israelíes, en principio a lo largo de 2005, Gaza “deberá tener un puerto y un aeropuerto” e Israel deberá abrir el camino que comunica Egipto con la Franja, hacia el sur, y posibilitar alguna forma de conexión por carretera entre Gaza y Cisjordania. Según Peres, hoy en día no es posible hacer un plan de paz sin ayuda de intermediarios, ya que sería imposible solucionar cuestiones como la propiedad de Jerusalén o el retorno de los refugiados.
El plan unilateral de retirada del primer ministro Ariel Sharon, aprobado por el Parlamento y muy respaldado por la opinión pública, prevé evacuar todas las colonias de la Franja de Gaza y cuatro aisladas en Cisjordania, con sus 8000 habitantes. Pero los aliados políticos del primer ministro acabaron abandonando la coalición gubernamental, de modo que Sharon se encuentra al finalizar el año con un gobierno ultraminoritario, que sólo cuenta con 40 de los 120 escaños de la Knesset (Parlamento). En este marco, Sharon insistió en formar una nueva coalición con el laborismo a fin de tener mayoría en la Knesset para aprobar el Presupuesto fiscal de 2005 y poner en práctica el plan de “desconexión” de Gaza a mediados del año próximo.
Las tratativas habían sido interrumpidas por orden de Sharon debido a declaraciones que formuló la negociadora laborista Dalia Itzik, según informó ayer el diario israelí Haaretz. Durante una convención de su partido, Itzik dijo que el primer ministro se estaba “humillando” para lograr la incorporación a su gobierno de los laboristas. “El nos persigue a nosotros, no nosotros a él. Después de treinta años, se dan cuenta (en el Likud) qué razón teníamos. Son subcontratistas que van a aplicar (nuestras políticas)”, agregó. Itzik se refería así a la evacuación de Franja de Gaza y parte de Cisjordania, prevista para 2005, y al reconocimiento por el Likud de la necesidad de crear un Estado palestino.
Tras esas declaraciones, Sharon ordenó a su equipo que interrumpiera las negociaciones políticas y anoche, en su tradicional discurso anual ante la Conferencia de Herzlía, atacó duramente a los laboristas. No obstante, la conversación telefónica entre Peres y Rabed destrabó ayer el acuerdo para formar un gobierno denominado de Unidad Nacional, sin el cual se habría hecho inevitable la convocatoria a elecciones anticipadas.