Las negociaciones entre los partidos Likud y Laborista para la creación de un gobierno de unidad nacional en Israel han entrado en una nueva crisis debido a un obstáculo de carácter jurídico. Mientras tanto, el gobierno israelí anunció que liberará esta semana a 170 presos palestinos.
El problema jurídico está relacionado con la imposibilidad de habilitar dos cargos de viceprimer ministro en funciones, uno que actualmente ocupa Ehud Olmert, delfín de Sharon, y otro, nuevo, para el jefe del laborismo, Shimon Peres. La legislación permite un solo cargo de ese tipo, por lo que es necesario alterar la Ley Básica del gobierno para que también Peres pueda ocuparlo, según el pacto de coalición que ambos partidos alcanzaron.
Por otra parte, los liberados serán 120 miembros del partido Al Fatah y 50 trabajadores palestinos, detenidos por ingresar ilegalmente a Israel, pero no incluirá a ningún prisionero acusado de participar en atentados. Sharon declaró que la liberación es un gesto de “buena voluntad” hacia el presidente Hosni Mubarak. Además reconoció que la medida también era una acción dirigida a fortalecer la candidatura de Mahmoud Abbas, el nuevo líder de la OLP que se presenta como candidato a la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), tras la muerte de Yasser Arafat. Estas elecciones son consideradas decisivas para el futuro de las relaciones israelopalestinas.