El gobierno de Israel liberó ayer a 159 presos palestinos, la mayoría al final de sus sentencias (50 de ellos por delitos de inmigración). Aunque se presenta como un gesto hacia el presidente egipcio, Hosni Mubarak, la cifra representa menos del 0,25% del total de palestinos detenidos en cárceles israelíes. El primer ministro, Ariel Sharon, había prometido a Mubarak la excarcelación de presos (entre 100 y 200) tras la entrega de Azzam Azzam, supuesto espía condenado en 1997 en Egipto a 15 años de trabajos forzados. Abu Mazen no ocultó su decepción por la estrechez del gesto y realizó un llamamiento para la liberación de todos los detenidos: “Respeto la liberación de cada preso, pero necesitamos poner en marcha un proceso serio”, dijo.
Fuentes de la Autoridad Palestina (AP), que cita el diario Haaretz, se quejan de que el gesto ni siquiera sirve para reforzar las negociaciones con grupos radicales palestinos para lograr una tregua. Cuando Mazen fue nombrado primer ministro en 2003, Israel liberó a cientos, algunos de ellos significativos. Zamal Shoval, asesor de Sharon, reiteró que la política de su país es que los condenados por delitos de sangre cumplan íntegras sus condenas, referencia clara a Maruan Barguti (sentenciado a cinco reclusiones perpetuas), ex candidato a la presidencia de la AP y cuya liberación exige Mazen.
Un día después de que el gobierno israelí decidiera facilitar el movimiento de personas y candidatos, la policía detuvo en la puerta de Damasco, Jerusalén Este, a Mustafá Barguti (familiar de Maruan) y aspirante independiente a la presidencia de la AP (segundo en las encuestas). Adujeron que Barguti sólo tenía permiso para entrar en la ciudad, no para permanecer en ella. Luego lo liberaron.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.