Página/12 en Francia
Por Eduardo Febbro, desde París

París ha vuelto a ser una fiesta. No hay barrio por donde no pase un montón de chicos con carteles que dicen “No” y gritando “Abajo el fascismo”. Ayer, tras dos semanas de vacaciones, los estudiantes volvieron a las aulas sólo por escasos momentos: la mayoría de los bachilleratos y universidades salieron a dar cursos de civismo por las calles de París y otras ciudades del país en un movimiento espontáneo, alegre y juvenil que no se veía desde hacía décadas. Las imágenes paradójicas se suceden a un ritmo vertiginoso en los boulevares de la capital francesa. Las asociaciones estudiantiles más cercanas a la izquierda desfilan con carteles llamando a votar por Chirac. “Es una historia que va más allá de la etiqueta de un hombre. Se trata de defender un mínimo de decencia democrática. No queremos un futuro podrido, envenenado por el odio, lleno de miedos y policías en las esquinas”, dice Robert, un estudiante de primer año de Ciencias Políticas.
Adentro de los bares, los adultos miran azorados a esa juventud que protagoniza en sus propias narices una revuelta cívica contra el modelo por el cual esos adultos votaron. “La gente nos aplaude o nos mira con recelo”, reconoce Geneviève, una joven bachiller del distrito 14 de París que lleva un afiche con la mención “La democracia no se alquila en las urnas al fascismo”. Otro bachiller recién ingresado tiene un cartel que reza: “Tengo 14 años, piensen ‘porvenir’, por favor, voten contra Le Pen”. En la rue Monge .-distrito 5 de París-. los chicos salieron del liceo Raymond Quéneau gritando “Le Pen apretá las nalgas, llegamos por atrás a toda marcha”.
La unión estudiantil también se vio el domingo entre los artistas que se reunieron en una gran sala de espectáculos para proclamar el voto a favor de Chirac. Sus más acérrimos enemigos ideológicos de ayer clamaron al presidente saliente haciéndole una estatua de salvador de la democracia. “Si en una de esas Le Pen pasa, pido el refugio político en Gran Bretaña”, comentó ayer un cantante francés. “Si Hitler tomó el poder con el 33 por ciento de los votos fue porque un montón de corazones sensibles no se unieron a otros para impedirlo”, decía una cantante, Vivianne Forestier, la cual, con todo, aclaró que “el 5 de mayo no se trata de votar por Chirac sino contra Le Pen”. A este coro se le sumó la estrella del fútbol francés, el genial Zinedine Zidane, quien pidió que se votara “contra el partido que no corresponde con los valores de Francia”.
Al deporte se le agregó también el mundo empresarial. Silencioso hasta ayer, el movimiento de los empresarios de Francia (MEDEF) calificó de “regresión económica profunda” los planteamientos económicos del partido Frente Nacional. Cabe reconocer que la plataforma de Le Pen es por demás descabellada. Entre sus perlas figuran cuatro: retiro de Francia de la Unión Europea, retorno a las fronteras comerciales, reintroducción del franco francés en contra de la moneda única europea, el euro, y supresión del impuesto a las ganancias en un plazo de cinco años. “Si gana Le Pen, habrá una fuerte recesión y un aumento del desempleo”, declaró el líder de la MEDEF, Antoine Seillière. “Habrá una crisis financiera sin precedentes, menos bienestar y tensiones sociales explosivas. En los pasados cincuenta años, la integración europea ha aportado mucho bienestar a Francia”, agregó.
Chirac sale a las urnas apoyado por una coalición compuesta por todos los horizontes. Exceptuando una sola organización trotskista, Lucha Obrera, los partidos de izquierda y derecha, los sindicatos y las asociaciones de origen diverso cerraron filas detrás del mandatario. El caso de Lucha Obrera es particular. Su candidata presidencial, ArletteLaguiller, obtuvo el seis por ciento de los votos el domingo pasado pero ahora llama a votar en blanco o a expresar un voto “nulo”. La líder trotskista declaró que “no pido el voto a favor de Jacques porque no pienso que sea muro contra las ideas de Jean-Marie Le Pen”.
La extrema derecha, en todo caso, sigue frotándose las manos y anuncia para este domingo “resultados espectaculares e imprevistos”. Según declaró el mismo Jean-Marie Le Pen, “mi objetivo es sacar entre el 40 y el 51 por ciento de los votos”. Por ahora, todas las armas apuntan al primero de mayo. Durante la jornada del miércoles manifestarán todos los que están contra Le Pen (Plaza de la República) y sus mismos partidarios (Opera y Châtelet) en una jornada al rojo y negro. Si la verdad de las urnas parece echada y corre a favor de Jacques Chirac, nadie había previsto que serían las clases más jóvenes del país las que pasarían a liderar “la revolución cívica” del tercer milenio.