Mar 11.01.2005

EL MUNDO

La chica que en unas horas salvó dos veces su vida

Cecilia Reale se desvaneció dentro del boliche, pero lograron rescatarla. Ya en el Hospital Penna, la habrían dado por muerta. Un enfermero la rescató cuando la estaban por trasladar a la morgue.

En cuestión de horas, Cecilia Reale, una joven de 19, salvó dos veces su vida: primero cuando fue rescatada, en estado inconsciente, del desastre de República Cromañón, el boliche incendiado de Once; y luego, cuando un enfermero que la encontró en un depósito de cadáveres del Hospital Penna se dio cuenta de que estaba viva, minutos antes de ponerla en una bolsa para trasladarla a la morgue. Las autoridades del hospital porteño anunciaron que se iniciará una investigación para aclarar las rarezas del caso. La historia, que tiene un final casi feliz, fue contada por la familia de la chica, quien se recupera en una clínica privada del Gran Buenos Aires. No obstante su evolución física, Mónica, la madre, denunció que su hija “tuvo una descompensación anímica y física” luego de que una periodista ingresara a la habitación para hablarle “aprovechando que estaba sola”. “A partir de ahí empezó a sentir culpa por haber sobrevivido”, afirmó.
Cecilia había ido al recital de Callejeros durante la triste noche en el boliche de Once, con su pareja, Maximiliano Solís de 25 años. Ambos eran novios, decidieron formar una familia y vivían juntos desde hace siete meses. En medio del pánico del incendio, la pareja cayó en desgracia. Los dos fueron trasladados al Penna. Maxi murió. Y, aparentemente, el estado y la apariencia de Cecilia eran tales que fue llevada a un depósito, junto con los cadáveres que llegaron a ese centro sanitario.
Por el extraño caso de la joven Reale, el director del hospital, Pedro Saposnick, anunció que se iniciará una investigación. Según el profesional, la joven “ingresó viva a la guardia entre las 23 y las 0 del 30 de diciembre. Fue la octava o novena persona que entró, así está anotado en el libro de guardia”, justificó. Además, la información que brindó indica que allí no murió ninguna de las 81 víctimas llegadas a ese lugar y que sólo llegaron 14 muertos que luego se entregaron a la morgue.
El “milagro” –así lo denominó Mónica– ocurrió segundos antes de lo peor. Cuando un enfermero levantó a la chica para colocarla en una bolsa para cadáveres y trasladarla a la morguera, le apretó el brazo de tal modo que los signos vitales cobraron la fuerza necesaria como para que el hombre le detectara el pulso. “Esta chica está viva”, dijo e inmediatamente fue reanimada y trasladada a terapia intensiva.
Se le detectó una costilla fisurada que le presionaba uno de los pulmones, aparentemente porque en medio de los intentos por escapar del local quedó aplastada al igual que muchos chicos. El humo de las sustancias que ardían le produjo una neumonitis tóxica, según indicaron los médicos. Este problema estaba controlado y la posición del hueso había sido rectificada. Su madre se enteró, tanto de la internación como del rescate “de entre los muertos” –tal como lo denominó Mariano, hermano de Cecilia– a través de un llamado telefónico. Luego la vio en el hospital “con oxígeno y toda hinchada”. En diálogo con Página/12, aún sorprendida por lo ocurrido, la mujer manifestó: “A la persona que se dio cuenta de que mi hija estaba viva le digo, sinceramente y de todo corazón, ‘gracias’”. Y destacó que, pese a la confusión ocurrida presumiblemente por el desborde de esa noche, no iniciará ninguna denuncia contra el hospital “ya que no tengo ninguna queja con la gente del Penna, siempre que fui ahí me atendieron muy bien”.
La joven vive en la localidad bonaerense de José León Suárez, partido de San Martín. El año pasado volvió a la escuela para terminar el secundario. Se inscribió en el colegio Vera Peñaloza, cerca de su barrio. Por el trabajo tuvo que abandonar algunas materias, “pero este año las iba a dar libre”, aclaró Mónica. Trabaja en un taller de costura y hace cuatro años descubrió su pasión por el boxeo. Se entrena en la Federación de Box y desde sus 15 años demostró sus virtudes en varias peleas de exhibición. Tal vez de esa actividad provino la fortaleza física que le posibilitó resistir durante el incendio y la salvó.
Sin embargo, ayer, la recuperación de Cecilia tuvo un traspié: “Una periodista de no sé qué radio se metió sin permiso de la familia en la intimidad de mi hija para hablarle”. El resultado fue una “descompensaciónanímica” que “la hizo volver atrás en lo físico”, según reveló. “Estaba lo más bien, empezó a recuperarse, pero después de esa charla antes del mediodía levantó temperatura y empezó a sentir culpa de estar viva”, contó Mónica.
Luego de encontrar a Cecilia, la familia buscó a Maxi. Pero el que lo halló primero fue su padre, en la Morgue Judicial; lo reconoció y sepultó. Pero la familia de la joven no confía en el hombre “porque él hace nada más que siete meses que volvió a verlo, luego de abandonarlo cuando tenía cuatro años. Entonces, ¿qué confianza se le puede tener al reconocimiento que haya hecho?” –se preguntó Mónica–. Ni siquiera lo vimos. Cuando mi hija se ponga bien, la vamos a acompañar para ver qué pasó, porque ella misma me dijo ‘mamá, no lo siento muerto’. Aunque –admitió– podemos estar equivocados”.

Informe: Adrián Figueroa Díaz.

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