Sáb 15.01.2005

EL MUNDO

Las lecciones que deberá aprender el príncipe nazi

Harry, tercero en la línea de sucesión de la corona británica, será obligado a visitar un Museo del Holocausto y posiblemente el campo de concentración de Auschwitz. Es por haber aparecido en una fiesta de disfraces con un uniforme nazi.

Por Terry Kirby *

El príncipe Harry será enviado a realizar una visita privada a un museo del Holocausto para que comprenda cuán ofensivo fue vestir un uniforme nazi para ir a una fiesta de disfraces. Según fuentes de la realeza, la visita ocurrirá después de que se calmen las aguas y sería en compañía de su hermano, el príncipe William, quien dice sentirse parcialmente responsable por el incidente. A pesar de que hay una importante muestra en el Museo Imperial de Guerra, el lugar más probable para la visita en Gran Bretaña sería el Centro del Holocausto Beth Shalom en Nottingham, que ayer extendió una invitación al príncipe para que visite la muestra y conozca a sobrevivientes.
Un viaje a Auschwitz es poco probable, a pesar de que no está del todo descartado. Clarence House (la residencia oficial del príncipe) no estaba de acuerdo con las opiniones de que el príncipe debería acompañar a su tío, el Earl de Wessex, a un viaje este mes que ya estaba planeado al campo de concentración para la ceremonia en conmemoración del 60o aniversario de su liberación. La reina se reunirá con sobrevivientes del Holocausto en Londres ese mismo día. Mientras tanto, Clarence House intentó contener ayer los alcances del incidente, que provocó el enojo internacional y la condena de políticos de todos los partidos, al rechazar las sugerencias de que el príncipe, de 20 años, y tercero en la línea del trono, debería realizar una disculpa personal. Una declaración emitida por Clarence House resaltó que la “sincera” disculpa emitida el miércoles por la noche había sido aceptado por grupos judíos. El príncipe de Gales no hizo comentarios durante una visita oficial en Carlisle para reunirse con víctimas de las inundaciones.
Una fuente de Clarence House dijo: “No hemos descartado nada y tomaremos bajo consideración las invitaciones que hemos recibido en su debido tiempo. Una visita a algún lugar como un Museo del Holocausto sigue siendo una posibilidad”. “El príncipe William se siente como cualquier hermano se sentiría al respecto, que él comparte la responsabilidad por lo ocurrido”, dijo ayer el Dr. James Smith, el jefe ejecutivo del Centro Beth Shalom del Holocausto. “No estamos pidiendo que el príncipe Harry haga una declaración pública –deberíamos aceptar sus disculpas y no obligarlo a enfrentar a las cámaras–. Prefiero saber que entendió por qué fue un error.” Agregó: “Por esa razón, lo invitaremos a visitar el Museo del Holocausto, a conocer a sobrevivientes y hacer un viaje a Auschwitz, pero una vez que todo se haya calmado. Sus acciones han generado un enorme debate en torno de los temas que trae a colación el Día del Holocausto, y que ha sido muy positivo. Pero ahora es tiempo de reflexionar sobre las lecciones que dejó el Holocausto para todos nosotros –y también el príncipe Harry podrá hacerlo–”. El centro, que fue en parte fundado con plata de la lotería nacional, es único de este tipo en el país y permite a todos los que lo visitan conocer a sobrevivientes del Holocausto después de visitar la muestra.
Jonathan Sacks, el rabino principal de Gran Bretaña, dijo que es imperativo que las lecciones del Holocausto y de la Segunda Guerra Mundial no sólo sean enseñadas sino que también sean entendidas. Sostuvo que creía que usar una cruz svástica era de muy mal gusto, pero dijo: “Veo que el príncipe Harry lo ha reconocido”. Ayer se supo que el príncipe Harry fue acompañado a la tienda de alquiler de disfraces por su hermano, William, de 22, donde alquiló un uniforme del Afrika Corps. Su hermano alquiló un traje de leopardo. Ambos fueron el sábado a la noche a una fiesta que dio la familia de uno de sus amigos, Harry Meade, hijo del jinete Richard Meade, donde le sacaron la foto que apareció en la tapa de The Sun el miércoles. El príncipe, que ayer mantenía un perfil bajo en su casa de Highgrove, también recibió apoyo de su tía Sarah Ferguson, la duquesa de York. Ella dijo a la Radio 4 BBC: “Harry es un buen joven. El necesita ser apoyado ahora. Es hora de que la prensa deje de atacarlo. Yo sé lo que es la mala prensa y lo que es ser criticado continuamente, es muy feo y cansador”. Los asesores de su padre esperan poder controlar más de cerca las actividades del príncipe antes de que vaya a Sandhurst en mayo para su curso de entrenamiento de oficial de un año, postergado por problemas en su rodilla. A pesar de que algunos han sugerido que ahora debería retirarse, otros creen que el entrenamiento le dará la disciplina que necesita.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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