EL MUNDO
› EL EX PRESIDENTE BILL CLINTON EXAMINA UNA CARRERA MEDIATICA
Conozcan la nueva estrella de la TV
Bill Clinton siempre fue un presidente telegénico, y ahora imagina que puede llevar esa capacidad a los estudios.
Por Matthew Engel*
Desde Washington
“Y ahora, desde los estudios Clinton Show en NBC, escuchemos a nuestro anfitrión... Biiillllll CLINTON!” Corte a estrella, con los brazos en alto y sonriendo neciamente, como un político. ¿Fantasía? Parecería ser una de Clinton. Dieciséis meses después que dejara la Casa Blanca, el ex presidente aparentemente ha tenido conversaciones con ejecutivos de la televisión para discutir la posibilidad de tener su propio talk-show. Puede ser una señal de la desesperación que asalta a las personas cuando tienen 55 años, están sin trabajo y están decididamente sobrecalificados para la mayoría de los empleos part time adecuados para hombres de mediana edad en la sección de clasificados.
Según Los Angeles Times, Clinton tuvo conversaciones anteayer con ejecutivos de la NBC. Una fuente le dijo al diario que estaba pidiendo 50 millones de dólares por año y quería convertirse en “el próximo Oprah Winfrey”. No hubo ninguna sugerencia de que quisiera ser el próximo Jerry Springer. Sin embargo, han habido rumores de que también estuvo en conversaciones con la CBS, la red que realmente quiere el próximo Oprah Winfrey, aunque no posiblemente hasta el planeado retiro de Oprah en 2006. CBE también está buscando un sucesor a su estrella del show del desayuno, Bryant Gumbel, que se va muy pronto. Sin embargo, el ejecutivo en jefe de la planta, Leslie Moonves, dijo que la idea de un talk-show de Clinton era ridícula.
La mayoría de los observadores respondieron de la misma manera, en parte porque es difícil de imaginar a Clinton sometiéndose a un régimen que normalmente requeriría de emisiones diarias durante tres cuartas partes del año. Tampoco se lo imaginan acotándose para dejar que brillen sus invitados ni, sobre todo, llegando a horario –un notorio defecto en él–, y especialmente para el desayuno en televisión. También parece improbable que un show de televisión sea la manera ideal de proteger su irregular reputación como estadista global.
A Clinton no le falta dinero, ya que se dice que ganó hasta 15 millones el año pasado dando conferencias y recibió un adelanto record de 12 millones por su autobiografía. Sin embargo, como fácilmente puede suceder a aquellos que se encuentran siendo ex presidente en lo mejor de la vida, parece estar un poco sin dirección. Temperamentalmente puede no estar inclinado a emular a Jimmy Carter y dedicar el resto de su vida a las buenas obras.
Se cree que un equipo de producción formado por marido y mujer, Harry Thomason y Linda Bloodworth-Thomason, que estuvieron muy cerca de la Casa Blanca durante la presidencia de Clinton, lo está aconsejando y estaría listo para producir cualquier programa que pueda surgir. Clinton puede estar influenciado por el éxito de su ex asesor, George Stephanopoulos, que se ha convertido en una estrella de ABC News. Su ex asesor político James Carville es también un éxito en cable.
Haría bien en estudiar el caso del difunto primer ministro británico Harold Wilson, que hizo una única presentación estando retirado como anfitrión en un talk show de la BBC, “Friday Night, Saturday Morning”. Hace dos años su actuación fue incluida como uno de los 100 Momentos Infernales de televisión de Gran Bretaña.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère
Subnotas