Lun 07.02.2005

EL MUNDO  › EL VICEPRESIDENTE DE EE.UU. NO DESCARTA “NINGUNA ALTERNATIVA”

Ahora, los halcones sobrevuelan Irán

Sea por el tema nuclear o por la “no” –como dicen–influencia con los chiítas de Irak, los funcionarios de Bush advierten a Teherán.

Washington vuelve a sus mensajes de advertencia a Irán. “Estados Unidos apoya los esfuerzos diplomáticos de Europa por convencer a Teherán de que abandone su programa nuclear, aunque no ha descartado ninguna alternativa”, afirmó ayer el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney. Ante el cambio de escenario político iraquí, la Casa Blanca se encargó de enfatizar ayer que el régimen islámico iraní pueda influir de forma importante en un gobierno chiíta de su vecino.
“Creo que existe un verdadero esfuerzo de buena voluntad llevado a cabo por nuestros aliados europeos para intentar resolver este problema de manera diplomática. Nosotros apoyamos ese esfuerzo”, afirmó Cheney en una entrevista con Fox News. El vicepresidente de la segunda administración Bush habló de “varias etapas diplomáticas” para convencer a Teherán a que abandone sus ambiciones nucleares. “No hemos descartado ninguna alternativa por el momento, pero está claro que estamos seriamente involucrados en continuar por la vía diplomática para resolver este problema”, afirmó. “Si el proceso fracasa, el próximo paso consistirá probablemente en dirigirse al Consejo de gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y finalmente de recurrir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para la imposición de sanciones internacionales contra Irán”, prosiguió, sin explicitar otras alternativas en caso de agotamiento de la vía diplomática. Francia, Alemania y el Reino Unido realizan desde mediados de diciembre negociaciones con Irán para alcanzar un acuerdo a largo plazo según el cual los iraníes renunciarían definitivamente a toda ambición nuclear con fines militares. Según diplomáticos, estas negociaciones se reanudarán mañana en Ginebra.
El gobierno de Washington, que sigue pregonando el éxito de las elecciones iraquíes del 30 de enero, se esforzó ayer por recalcar que la emergencia en Bagdad de un gobierno controlado por la mayoría chiíta no supondrá una amenaza para los intereses de Estados Unidos. Los primeros resultados de los comicios apuntan a una victoria de la Alianza Iraquí Unida (AIU), de confesión chiíta, igual que el 60 por ciento de la población de Irak. Además, el partido confesional chiíta Dawa confirmó ayer que su secretario general, Ibrahim Yafari, será candidato a la jefatura del gobierno una vez que se conozcan los resultados oficiales de las elecciones. A pesar de ello, EE.UU. se mantiene tranquilo. “Los iraquíes han visto durante años a los iraníes crear y operar una teocracia que ha sido un fracaso estrepitoso”, declaró Cheney a Fox News. “Creo que hay mucha gente implicada en el proceso político en Irak que buscará algún tipo de equilibrio” con el régimen islámico chiíta de Teherán, añadió.
Por su parte, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, recordó la larga guerra que enfrentó a Irak y a Irán durante la década de 1980, y consideró improbable que Irak acabe teniendo un régimen en el que “un puñado de ulemas controlan gran parte del país”. Rumsfeld, en una entrevista con la cadena NBC, dijo que sería “un tremendo error” si Irak acaba siendo una teocracia islámica que discrimine a los no chiítas y a las mujeres. A pesar de todo, tanto Cheney como el jefe del Pentágono dejaron en claro que Washington no tiene intención de influir en las decisiones del futuro gobierno de Bagdad sobre una hipotética aproximación a Irán. “Irak es para los iraquíes”, recalcó el vicepresidente.
Asimismo, Rumsfeld calificó de “ficción” las informaciones acerca de que altos cargos del Pentágono consideran que la mejor solución para el programa nuclear iraní sería un ataque limitado contra algunas instalaciones. El jefe del Pentágono, en otra entrevista con ABC, manifestó que la actuación de Irán y Siria en apoyo de la insurgencia de Irak es uno de los factores que hacen difícil saber cuándo las tropas estadounidenses podrán dejar el territorio iraquí. “No sabemos cuál va a ser la conducta de Irán y Siria. No sabemos hasta qué punto van a ser o no una ayuda”, reconoció Rumsfeld. Estados Unidos ha acusado en los últimosmeses a Siria e Irán de apoyar a diferentes ramas de la insurgencia iraquí.
Dos de los cuatro grandes dignatarios religiosos chiítas tomaron ayer una posición radical al exigir que se estipule en la Constitución que el Islam sea la fuente de la legislación en el país. “Todos los ulemas, los marjaa (referentes chiítas) y la mayoría del pueblo iraquí piden a la Asamblea Nacional hacer del Islam en la Constitución permanente la fuente de la legislación y rechazar toda ley que sea opuesta al Islam”, afirmó en un comunicado el jeque Ibrahim Ibrahimi, representante del gran ayatola Mohammad Ishaq al Fayad. Una fuente cercana al gran ayatola Ali al Sistani afirmó que la figura emblemática de los chiítas iraquíes exige también que el Islam sea la fuente de la legislación en Irak.

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