Sáb 12.02.2005

EL MUNDO  › MAS DE 20 MUERTOS EN UNA
VISITA SORPRESA DEL JEFE DEL PENTAGONO

Bienvenida bomba a Rumsfeld en Irak

Donald Rumsfeld, secretario de Defensa estadounidense, dijo ayer en una visita sorpresa a Irak que sus tropas abandonarían el país cuando los iraquíes puedan garantizar su propia seguridad. Pero el objetivo no parecía cercano en una jornada que dejó al menos 22 muertos.

Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad

Un kamikaze que conducía un camión de verduras mató ayer a 13 chiítas en una ciudad al nordeste de Bagdad y hombres armados entonando canciones religiosas mataron a nueve personas en una panadería en el distrito chiíta de Bagdad. Los combatientes rebeldes, en su mayoría fanáticos musulmanes sunnitas, están demostrando que están dispuestos a asesinar sin piedad a chiítas y a cualquiera vinculado con el gobierno interino iraquí o con la ocupación norteamericana.
Los combatientes rebeldes han ejecutado a 20 camioneros y a cuatro policías que fueron capturados cuando un convoy de camiones fue atacado a principios de la semana. El convoy transportaba azúcar para el Ministerio de Comercio a los depósitos del gobierno en Bagdad. Los cuerpos en descomposición de los hombres muertos, que nadie se atrevió a tocar por dos días, fueron encontrados cerca de la ciudad de Salman Pak, a 20 kilómetros al sureste de Bagdad.
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa estadounidense, visitó de manera inesperada a sus tropas en la ciudad norteña de Mosul ayer. Señaló que iba a pasar un tiempo hasta que las fuerzas de seguridad iraquíes aplastaran la insurgencia. Y dijo a los soldados norteamericanos que la elección del 30 de enero había sido un buen día para Irak, “pero que todavía quedan desafíos para enfrentar”. También de manera sorpresiva se anunció que Rumsfeld asistiría a la Conferencia de Seguridad de Munich, cita anual de políticos, militares, analistas y representantes de la industria. Aunque nunca se dijo oficialmente, Rumsfeld no se iba a presentar en la Conferencia por la querella presentada contra él en Alemania por crímenes contra la humanidad en Irak y Guantánamo. Sin embargo, el fiscal general de ese país, Kay Nehm, anunció anteayer que no se abrirá una investigación judicial.
La explosión de una bomba afuera de una mezquita chiíta en la ciudad de Balad Ruz, 72 kilómetros al nordeste de Bagdad, aparentemente tenía como objetivo matar a los fieles mientras dejaban el edificio después de las plegarias del viernes. Los locales sospechaban que había algo raro en un camión cargado con verduras, dijo el coronel de policía Tahseen Mohammed. Mientras se acercaban tropas iraquíes, el camión explotó, matando a 13 personas e hiriendo a otras 13.
Se esperaban ataques sectarios por parte de combatientes sunnitas fundamentalistas, a quienes los iraquíes se refieren como salafistas o wahabistas, en los días anteriores a la fiesta chiíta de Ashura, en conmemoración del martirio de Imán Hussein en 680 a. C. El año pasado, kamikazes se inmolaron en medio de la multitud de Ashura en Bagdad y Kerbala, matando a 171 personas. Las fronteras de Irak estarán cerradas la semana que viene, pero esto probablemente no detendrá a los kamikazes que no han tenido dificultades en entrar al país, si es que ya no están aquí.
El ataque contra una panadería chiíta en un distrito conocido como Nueva Bagdad también parece haber sido sectario. Dos autos con hombres armados enmascarados llegaron hasta la panadería y entraron al grito de “Allahu Akbar” (Dios es el más grande), mientras disparaban sus ametralladoras contra los empleados, matando a nueve de ellos. Las paredes blancas del lugar donde trabajaban estaban cubiertas con posters de clérigos chiítas, que quedaron manchados de sangre.
Estados Unidos sigue ratificando que su objetivo es traspasar la seguridad a las unidades del ejército iraquí que están siendo rápidamente entrenadas. Esto ha sido intentado en repetidas ocasiones por el ejército estadounidense durante los últimos 18 meses, pero nunca ha tenido éxito. Donde soldados estadounidenses se han retirado o han asumido una posición de retaguardia, el resultado generalmente ha sido un vacío de poder que ha sido rápidamente ocupado por combatientes de la resistencia. Según funcionarios del Ministerio del Interior, los oficiales no están de acuerdo con el plan de los norteamericanos de dejar a oficiales entrenadores en las unidades iraquíes. Iraquíes que trabajan con el ejército norteamericano temen ser etiquetados como colaboradores de la ocupación. Casi dos años después del derrocamiento de Saddam Hussein en abril de 2003, la posición militar norteamericana en Irak es muy débil. La resistencia tiene control parcial o total de todas las rutas principales hacia Irak. La autopista que va hacia el aeropuerto es atacada a diario.
Rebeldes armados con ametralladoras, cohetes y morteros tomaron por asalto la principal estación de policía de Salman Pak el jueves. Solamente se los pudo sacar con 10 helicópteros artillados norteamericanos. Al menos 10 policías y 20 rebeldes murieron. Salman Pak controla una de las dos principales rutas que unen Bagdad y Basora, la segunda ciudad iraquí.
Varias tribus musulmanes sunnitas que adhieren a la versión wahabita del Islam acechan al tránsito que utiliza esa ruta. El día de la elección detenían a los autos e inspeccionaban los dedos de los ocupantes. Si estaban marcados con tinta azul indeleble que demostraba que la persona había votado, los rebeldes les cortaban el dedo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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