EL MUNDO
› HABLA ALI MOHAMMED ABDOUNI, NEGOCIADOR BRASILEÑO
“Lo que pasa es una pesadilla”
Página/12, en Brasil
Por Darío Pignotti, desde San Pablo
El jeque Ali Mohammed Abdouni habla con el aplomo de los clérigos árabes y la cautela de los diplomáticos brasileños. Dos semanas atrás, este religioso y su colega Jihaed Hammaddeh viajaron a Jordania, Siria y Líbano bendecidos por la comunidad musulmana y el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para cumplir una misión delicada: tender puentes con los secuestradores del ingeniero Joao José de Vasconelos Junior. Tras su regreso al país, Abdouni se convirtió en uno de los pivotes de la historia: sin interlocutores directos en Irak, Brasilia cifró parte de su estrategia en la vía religiosa encabezada por este profesor de teología de Sao Bernardo do Campo, la ciudad de Lula.
Pero con el correr de los días la incertidumbre crece y Abdouni, sabiendo que es una de las únicas cartas del mazo negociador, afirma que “si el gobierno brasileño me lo pidiera formalmente, yo estaría dispuesto a viajar a Irak, aunque esto encierre los riesgos que todos conocemos”.
Desde el 19 de enero, cuando ocurrió el rapto en Beiji, al norte de Bagdad, no se conoció ninguna exigencia de los guerrilleros de Saraya Al Muyaidin, que sólo envió un video mostrando pertenencias de la víctima. Vasconelos sería el único sobreviviente de la emboscada tendida contra el automóvil en que también viajaban dos agentes de una empresa británica, cuyos cuerpos acribillados fueron abandonados en el lugar. “A diferencia de Gran Bretaña, Brasil siempre mantuvo su oposición a la guerra contra Irak, y ése es un elemento que hemos dejado muy claro en nuestro viaje”, precisa Abdouni.
Después de tantos días de silencio rebelde y ninguna imagen del ingeniero de la constructora brasileña Odebrecht, que ya tuvo empleados secuestrados en Colombia, los hijos de Vasconcelos ofrecieron anteayer una conferencia de prensa buscando enviar señales a los captores. Lo mismo hizo un día antes el gobierno brasileño en una comunicación entregada a la prensa árabe.
En medio del estrés y frecuentes comunicaciones con los países árabes, que podrían incluir Irak, el jeque Abdouni procura mantener su parsimonia. Cuando Página/12 le pregunta si aún es optimista como hace quince días, deja correr unos segundos de silencio y responde con un “sí” vacilante. “Es claro que a esta altura preferiríamos haber recibido algún mensaje más claro por parte de los secuestradores”, admite.
Testigo directo de la situación en la zona más caliente del mundo, el religioso apunta: “Lo que está ocurriendo en Irak es una pesadilla a veces agravada por la confusión alimentada por la información internacional”.
–¿Se refiera a la intoxicación informativa atribuida a EE.UU.?
–Sinceramente yo no creo mucho en lo que se está informando sobre el grupo del jordano Abu-Musab al Zarqawi, creo que es más leyenda que realidad. Eso mismo que yo le estoy diciendo lo han dicho muchos representantes del pueblo iraquí en los medios árabes. Ellos sostienen, y creo que están en la verdad, que los medios internacionales permanentemente informan sobre acciones de la gente de (Osama) Bin Laden, como si fuesen ellos los únicos que verdaderamente están resistiendo. Por lo que he visto, la guerra está siendo llevada adelante por muchas organizaciones del pueblo iraquí más que por Al Qaida. Yo no sé decirle si es una operación de desinformación de los Estados Unidos. Pero después de ver tantas cosas raras en aquella región, no me sorprendería saber que eso es así.
–¿Qué sabe del grupo que secuestró al ingeniero Vasconcelos?
–Tenemos poca información de Saraya al Muyaidin. Los propios “sabios iraquíes” (asociación de jerarcas religiosos) dicen que tampoco saben mucho de ese grupo. Ni siquiera hay certeza de que ellos sean los verdaderos secuestradores. Hay más de 50 grupos en la resistencia y en medio de ellos hay organizaciones que buscan confundir o lucrar, eso fue lo que ocurrió recientemente com la periodista italiana (Giuliana Sgrena) que un grupo dijo haberla matado y luego otro dijo que eso era apócrifo.
–Una versión decía que también participó gente de Al Zarqawi.
–Hubo varias versiones.
–¿Cuál fue el mensaje que usted llevó a los secuestradores?
–Debe quedar bien claro que nosotros no tenemos contacto alguno con los grupos rebeldes. Nosotros estuvimos reunidos con un enviado del Consejo de Sabios de Irak, Muthanna Hareth al Dhari, quien nos ofreció sus buenos oficios para transmitir nuestro mensaje en las 9000 mezquitas que ellos tienen en todo el país. En sus sermones, ellos hicieron una apelación para que Vasconcelos sea puesto en libertad.
–¿A qué atribuye la falta de respuesta de los captores?
–Puede haber muchas razones, pero creo que ellos ya han recibido las señales enviadas tanto en las mezquitas como en la televisión a través del mensaje del jugador Ronaldo.
–¿Cuáles son los próximos pasos?
–Esa pregunta debería formulársela a los responsables de Itamaraty (Cancillería brasileña). Ellos tienen la conducción de las acciones y están trabajando permanentemente en la embajada en Amman (Jordania) bajo la dirección del enviado especial, embajador Affonso Ouro Preto, con quien estuvimos durante nuestra gira. Ahora bien, nosotros no tenemos ninguna autoridad, sólo la buena disposición para colaborar. El teléfono siempre está libre para recibir instrucciones del gobierno.
–¿Su mediación es un gesto de la comunidad musulmana internacional hacia Lula?
–Lo que nos motivó es que así como somos de la comunidad árabe musulmana también somos brasileños, y haremos todo lo necesario para salvar la vida de un hermano y un compatriota, que estaba en Irak cumpliendo un trabajo honesto y no estaba colaborando con las fuerzas de ocupación. Nosotros nos colocamos a disposición de nuestro gobierno, que es el de Brasil, los 12 millones de árabes somos parte de este país.
–¿Usted es vecino de Lula en Sao Bernadro do Campo?
–El presidente Lula es nuestro vecino, varias veces hemos tenido la oportunidad de reunirnos con él en todos estos años y es claro que nuestra comunidad (musulmana) siempre lo recibió muy bien.
–¿Teme que Irak termine en una guerra civil?
–Si debiera haber una guerra civil ya la habría. Lo creo así porque desde hace casi dos años no hay seguridad interna y gran parte del pueblo está armado, y aun así no hay guerra entre sunnitas y chiítas, aunque haya quienes quieran provocarla.