Sáb 12.03.2005

EL MUNDO

Con poco palo, W2 tiende ahora una zanahoria a los ayatolás nucleares

Se había especulado con una acción militar, pero EE.UU. ya tiene una fuerte carga en Irak. Ayer, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, marcó un cambio en la retórica hacia Irán: apoyará su ingreso a la OMC si el régimen islámico abandona sus pretensiones nucleares.

Por Rupert Cornwell y Stephen Castle *
Desde Washington y Bruselas

En un gran giro político, Estados Unidos acordó ayer apoyar los esfuerzos de la Unión Europea para negociar un trato nuclear con Irán, al ofrecer a Teherán incentivos para que ponga fin a su programa de enriquecimiento de uranio. Después de años de insistir en que no “recompensaría” a Irán por dejar su sospechado objetivo de construir armas nucleares, la administración Bush abandonará ahora sus objeciones a que su antagonista de larga data se una a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Permitirá la venta de partes vitales para mantener la envejecida flota comercial aérea de Irán. A su vez, los europeos han prometido que si las actuales negociaciones conducidas por los “UE3” de Francia, Gran Bretaña y Alemania fracasan referirán el caso iraní al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para posibles sanciones, como hace tiempo pide Washington. La nueva posición fue expresada por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
El acuerdo sucede justo 15 días después de la visita del presidente Bush a Bruselas para enmendar las relaciones el mes pasado, cuando Estados Unidos se inclinó ante la insistencia europea y acordó reconsiderar sus estrategias previas de aislar a Irán. Tanto la Unión Europea como Mohammed el Baradei, el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, la agencia controladora nuclear de la ONU, habían discutido que sin el compromiso de Estados Unidos cualquier esfuerzo por conseguir un tratado diplomático con Teherán estaba perdido. Pero la movida de ayer no cumple con las expectativas de un acercamiento entre Estados Unidos y un régimen identificado por Bush en 2002 como un miembro fundador del “eje del mal”, junto con Irak y Corea del Norte, y acusado de apoyar un montón de movimientos terroristas. Algunos expertos también dudan de que los incentivos ofrecidos sean suficientes para cambiar la opinión de Irán. Altos negociadores del régimen islámico niegan que Teherán esté buscando armas nucleares, pero aseguran que nunca abandonará la capacidad para enriquecer uranio.
En un informe conjunto, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Javier Solana, el representante de política exterior de la UE, evitan varios temas clave. Como señalaron funcionarios de EE.UU., falta la mención específica de la posibilidad de que la ONU imponga sanciones a Teherán, una medida que, dicen los europeos, le corresponderá al Consejo de Seguridad mismo. Tampoco deja en claro en qué momento las actuales negociaciones se considerarían fallidas. Pero los europeos estaban encantados con el cambio en Washington. “Los estadounidenses se han acercado a nuestra estrategia”, dijo uno de ellos. Antes, “simplemente estaban pidiéndonos que les informáramos después de las conversaciones, mientras aparentemente preparaban una acción militar”. Esa opción, como Bush ha dicho repetidamente, permanece en la mesa y la Casa Blanca sigue siendo profundamente escéptica de que la iniciativa de la UE pueda tener éxito. Pero con sus fuerzas armadas ya sobreextendidas en Irak, EE.UU. no tiene muchas alternativas de negociación, por lo menos por ahora.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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