Mar 22.03.2005

EL MUNDO

Pyongyang le dice a George Bush que acrecentó su arsenal atómico

Corea del Norte, que reconoció poseer armas nucleares, anunció que aumentó su poderío, preparándose para un ataque de EE.UU.

Corea del Norte anunció ayer que ha incrementado su arsenal de armas nucleares como medida de defensa ante la invasión que, según Pyongyang, está preparando Estados Unidos. El anuncio se hizo público un día después de que la secretaria de Estado norteamericano, Condoleezza Rice, instara al gobierno norcoreano a no extender “eternamente” el conflicto por su programa nuclear, sugiriendo sanciones internacionales ante la ONU. Por su parte, el vocero de la Casa Blanca exhortó ayer a Corea del Norte a volver a las conversaciones.
El régimen comunista subrayó su plena capacidad para hacer frente a una invasión en ciernes cuyo preludio son unas maniobras norteamericano-surcoreanas en un comunicado de la Cadena Central de Radio norcoreana citado por la agencia Yonhap de Corea del Sur. “Hemos adoptado medidas firmes incrementando el arsenal de armas nucleares en antelación a cualquier intento de invasión por parte de nuestros enemigos”, indicó el comentario de la radio oficialista. El gobierno norcoreano afirmó que las maniobras militares conjuntas que fuerzas de EE.UU. y Corea del Sur celebran esta semana “son los preparativos de la guerra” contra Corea del Norte. Estas maniobras a gran escala comenzaron el sábado pasado y en ellas participan el portaaviones norteamericano “Kitty Hawk” y varios buques de guerra de ataque rápido. El fin de semana pasado tomaron ya parte en los ejercicios 17.000 soldados norteamericanos, entre ellos 6000 de los 32.500 efectivos que EE.UU. tiene estacionados en Corea del Sur, así como de un número sin especificar de tropas surcoreanas.
Esta es la primera vez que Corea del Norte asegura que ha reforzado sus armas nucleares desde que el pasado 10 de febrero el régimen comunista causara una conmoción mundial al reconocer que ya está en posesión de ese tipo de armamento. El anuncio de que ha reforzado su capacidad atómica militar coincide con el fin de la gira por Asia de la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice. La jefa de la diplomacia de EE.UU. terminó esta gira asiática en Pekín y el fin de semana pasado estuvo en Seúl y Tokio, tras pasar por India, Pakistán y Afganistán. En la capital surcoreana, Rice instó a Corea del Norte a renunciar “sin demora” a su programa de armas nucleares y ofreció la posibilidad de que EE.UU. conceda “garantías de seguridad” al régimen norcoreano si volvía a las negociaciones a seis bandas.
Scott Mc Clellan, portavoz de la Casa Blanca, dijo que “queremos volver a tener conversaciones con Corea del Norte”. Washington advirtió que los esfuerzos diplomáticos por diluir la crisis no pueden seguir aplazándose siempre sin una solución definitiva y llamó a Pyongyang a volver a las negociaciones. La secretaria de Estado norteamericana había afirmado en su gira que EE.UU. “no va a esperar indefinidamente” y ayer en Pekín apuntó la posibilidad de que puedan producirse sanciones contra el Norte, paso que Pyongyang siempre ha considerado como una eventual declaración de guerra. No obstante, Rice desechó el uso de la fuerza contra el país comunista, con el que no descartó contactos, pero siempre en el marco de las conversaciones de a seis. “Entendemos que Corea del Norte es un Estado soberano. Nosotros no tenemos en absoluto la intención de atacar Corea del Norte. No hay razones para hacerlo”, dijo Rice en Seúl.
Estas declaraciones contrastan con las realizadas por la propia Rice en enero pasado, poco antes de convertirse en secretaria de Estado, cuando afirmó que Corea del Norte es un “baluarte de la tiranía”.
La actual crisis con Corea del Norte se remonta a octubre de 2002 cuando Pyongyang reconoció ante Estados Unidos que había reanudado un programa nuclear prohibido destinado a procesar plutonio y uranio enriquecido para armar bombas atómicas. El mismo 10 de febrero pasado, Corea del Norte anunció su retirada “indefinida” de las conversaciones multilaterales que, desde 2003, tratan de disuadir al régimen comunista para que renuncie a sus planes nucleares militares. La cuarta ronda de estas conversaciones entre las dos Coreas, Japón, China, Rusia y EE.UU. debería haberse celebrado el pasado mes de septiembre, pero fue boicoteada por Pyongyang que acusó a Washington de pretender derribar el régimen estalinista.
Hasta el momento no se ha podido comprobar esa capacidad nuclear de Corea del Norte, pues el Estado militarista no ha realizado ninguna prueba nuclear.

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