Mié 23.03.2005

EL MUNDO

Crónica del embargo que Europa aún no se anima a levantar a China

En 1989, la masacre de estudiantes chinos en la Plaza Tiananmen gatilló un embargo internacional de armas a Beijing. Esa medida había empezado a perder fuerza en la Unión Europea. Ayer volvió a ganarla gracias a Gran Bretaña.

Por Stephen Castle *
Desde Bruselas

Los planes para levantar el embargo de armas de la Unión Europea (UE) a China se han congelado frente a la presión de un pequeño grupo de países liderado por Gran Bretaña. Con Estados Unidos hostil a la idea de que la UE reanude la exportación de armamentos a los chinos, varios países de la UE quieren frenar la movida después de una nueva línea dura de Beijing a Taiwan. La semana pasada, el gobierno chino aprobó una ley que le permitiría el uso de la fuerza para detener cualquier esfuerzo de independencia taiwanesa.
La movida anterior para levantar el embargo podría ahora llevarse a cabo en junio. Si no se llega a un acuerdo para entonces, podría haber una postergación hasta el 2006, después de la presidencia británica de la UE que va de julio a diciembre de este año. Ya se demoró un elemento clave de trabajo en Bruselas. Los funcionarios han aportado propuestas para un régimen nuevo, más estricto, aplicable a países que han sido sometidos a un embargo, incluyendo a China. Esto está destinado a reasegurar a los críticos, incluyendo a los de Washington. Pero a causa de una nueva inquietud sobre una decisión, la presidencia luxemburguesa de la UE no ha sometido estas propuestas a los diplomáticos para un acuerdo formal.
Impuesto en 1989, al comienzo de la masacre de la Plaza Tiananmen, el embargo de armas se ha convertido en un tema muy delicado. Francia y Alemania han presidido los pedidos para que sea levantado, señalando que Beijing está recibiendo un trato que se aplica sólo a los Estados paria. La UE insiste en que la exportación de armas estará en todo caso más firmemente regulada por un “código de conducta” revisado que será acordado pronto. En principio, el Reino Unido también está feliz de ver el embargo levantado, pero es muy consciente del daño que eso podría hacer a las relaciones transatlánticas. Gran Bretaña está esperando poder conseguir apoyo de Italia, las naciones escandinavas y Holanda.
Una reciente misión de la UE a Washington propuso el fin al embargo, pero el Congreso de Estados Unidos sigue oponiéndose totalmente, insinuando que tal movida podría incitar a medidas comerciales de represalia contra los europeos. Francia dejó en claro ayer que quiere que la prohibición se levante y espera llegar a una decisión para el final de la presidencia de Luxemburgo de la UE en junio. Pero mientras los funcionarios de la UE insistían con que el principio de ponerle fin al embargo no ha sido desafiado, ayer estaban muy precavidos en cuanto al momento. “Eso no se puede predecir”, dijo uno de ellos ayer.
El domingo, el canciller británico, Jack Straw, dijo que la ley de antisecesión hacía que levantar el embargo fuera políticamente más incómodo, declinando decir cuándo sucedería esto. El jefe de política exterior, Javier Solana, también dijo que el tema fue complicado por las declaraciones de Beijing. Pero el vocero chino del Ministerio de Exteriores, Liu Jianchao Liu, dijo: “No es razonable relacionar a China impulsando a la UE para que levante el embargo de armas y a China aprobando la ley antisecesión”.

* De The Independent de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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