EL MUNDO
› FALLO EL ACUERDO SOBRE BELEN
La diplomacia idiota
Por Suzanne Goldenberg
Desde Belén
Un acuerdo complicado para terminar el asedio de 36 días a la Iglesia de la Natividad quedó en la nada ayer a último momento por un elemental error diplomático: nadie se preocupó en informar al principal jugador. Las esperanzas de terminar el sitio se desplomaron mientras los soldados israelíes comenzaban a remover las barricadas como preparación para la salida de los 123 palestinos atrapados adentro de la iglesia, cuando Italia, que iba a ser la receptora de trece milicianos palestinos, anunció que no había sido notificada oficialmente del acuerdo.
Según los arreglos controlados por los funcionarios de la CIA y de la Unión Europea, Israel debía retirar sus tanques de los alrededores de la iglesia ayer, liberando a los palestinos que estuvieron atrapados allí desde el 2 de abril. Trece hombres, militantes palestinos, según Israel, debían ser deportados a Italia en un exilio indeterminado. Veintiséis, otros acusados de ofensas menores, debían ser enviados a Gaza para enfrentar un juicio en una corte palestina. El resto de las 84 personas que permanecían dentro, entre ellos 35 monjes, sacerdotes y monjas, civiles palestinos comunes, y pacifistas extranjeros, debían ser liberados después de que Israel verificara sus documentos. El acuerdo, producto de una diplomacia tortuosa, tenía el apoyo entusiasta del Vaticano, así como el de la Unión Europea, Estados Unidos, Israel y los palestinos.
Pero los funcionarios en Roma se quejaron ayer que el gobierno italiano no había sido informado oficialmente. Aunque Italia había sido mencionada desde el domingo como el probable destino de 13 de los militantes en la iglesia, los funcionarios dijeron que ninguno de los diplomáticos se había preocupado en asegurarse la aprobación de su gobierno. Los diplomáticos locales cercanos a las negociaciones estuvieron de acuerdo. “Parece haber algún tipo de desconexión”, dijo un diplomático. Otros diplomáticos predijeron que los negociadores pronto dejarían el papelón detrás.
De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère