Divididos con respecto a considerar legítimas o no las elecciones legislativas del 13 de marzo, después de que la oposición derrocara con apoyo popular al presidente Askar Akayev, los nuevos líderes de Kirguiztán se reunieron ayer con el secretario general de la OSCE para intentar acabar con la crisis parlamentaria que amenaza la frágil vuelta a la normalidad. El secretario general de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Jan Kubis, se reunió con Kurmanbek Bakiyev, nombrado presidente y primer ministro interino por el Parlamento hasta las elecciones presidenciales previstas el 26 de junio. Un portavoz de la comisión electoral declaró ayer que las legislativas eran legítimas y que la decisión de anularlas, tomada por el Tribunal Supremo, carecía de carácter legal. “Hay una crisis de poder”, declaró el fiscal interino Azimbek Beknazarov, que instó a los diputados del Parlamento saliente a reconocer la legitimidad de las elecciones legislativas de febrero-marzo y del nuevo Parlamento salido de las urnas. La oposición afirmó que la administración de Akayev falsificó los resultados electorales.