Mar 29.03.2005

EL MUNDO  › PLAN DE ZAPATERO DE CAMBIAR EL MAUSOLEO DE FRANCO

En busca de la verdad española

Por Elizabeth Nash*

La profunda cripta subterránea tiene en lo alto una cruz de granito que sobresale por la parte montañosa al norte de Madrid y se puede ver desde muy lejos. El mausoleo de Francisco Franco en el Valle de los Caídos, el último monumento nacional de la Europa democrática a un dictador, ha sido una cicatriz en la conciencia de España durante décadas. Pero, a medida que aumenta la presión en las filas de los socialistas gobernantes para recusar este homenaje extravagante al dictador, se han propuestos planes para transformar la celebración de Franco de triunfo y venganza en un recordatorio para sus víctimas.
“Nuestro objetivo es convertir al mausoleo en un centro de estudio del franquismo para explicar a la gente el significado de la dictadura y sus horrores”, dijo Jaume Bosch, un senador español y vicepresidente de la Iniciativa de Izquierda Verde de Cataluña, de la coalición socialista de la región. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero planeó un proyecto de ley proponiendo un cambio en la orientación del monumento para presentar al Parlamento antes de junio, dijo Bosch ayer. El gobierno confirmó sus intenciones en reuniones confidenciales con el senador en los últimas semanas. “Es el lugar perfecto para convertirlo en un centro de estudio y educación”, dijo el senador. “Debemos explicar por qué y cómo el Valle de los Caídos fue construido en el estilo de los grandes monumentos nazis.” Los prisioneros republicanos derrotados que escaparon a las ejecuciones durante la Guerra Civil Española fueron organizados después de 1939 en batallones de trabajo forzado; 20.000 hicieron “trabajos en la cantera” en el valle, 14 murieron y supuestamente fueron enterrados donde cayeron, debajo del granito que cavaban.
Sus muertes nunca fueron informadas. Infinitos más perdieron brazos o piernas o fueron atacados con silicosis durante 20 años de trabajo en un proyecto que se convirtió en la obsesión de Franco. Cuando se inauguró el Valle de los Caídos en 1959, Franco ponderó su monumento a “nuestros caídos”. El discurso del dictador fue “triunfante y vengativo”, escribió el historiador profesor Paul Preston en su biografía de Franco. “Se regocijaba malignamente con el enemigo y no demostraba ni el mínimo deseo de ver la reconciliación entre los españoles”, escribe.
La España post Franco no desafió el reclamo espurio del monumento para honrar “los muertos de ambos lados de la Guerra Civil”. El Valle de los Caídos está administrado por el Ministerio de Cultura, cuyo guía para los visitantes señala que La Cruz es “una de las más grandes y más populares atracciones turísticas alrededor de Madrid”. Sin embargo, pocos españoles la visitan. El año pasado Zapatero prometió hacerles justicia a las víctimas de Franco, rompiendo el “pacto de olvido” que le ha impedido a España aceptar su pasado. Bosch quiere que se explique la verdad sobre el monumento, como Alemania lo ha hecho con los campos nazis, y la Argentina con los centros clandestinos de tortura de la Escuela de la Armada. La ministra de Cultura, Carmen Calvo, dijo ayer que no “había recibido una notificación formal del plan. Quizás haya una propuesta, pero todavía no llegó a mi escritorio”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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