El alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, separado de su cargo para ser procesado por desacato, se reunió ayer con la prensa en un parque público frente a su casa, ante la imposibilidad de usar las oficinas de gobierno. “No quiero dar ningún motivo para actos de provocación”, dijo López Obrador, al indicar que, si bien todavía no ha recibido una notificación oficial de su desafuero y destitución, ya ha delegado en su equipo de gobierno la administración de la ciudad. Por su parte, los diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) del Parlamento de Ciudad de México presentaron ante la Justicia una impugnación contra algunas de las resoluciones que tomó la Cámara de Diputados federal al desaforar a López Obrador. El presidente mexicano, Vicente Fox, opinó que su país está dando un “ejemplo de legalidad” con el desafuero. Pero senadores del PRD protestarán realizando un ayuno rotativo durante 12 días frente a la residencia presidencial.
López Obrador, favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales de 2006, pidió a la prensa apostada frente a su casa no molestar a sus vecinos y acordó que dará todas las mañanas una conferencia de prensa en el parque. La Cámara de Diputados decidió el jueves retirarle la inmunidad para que la fiscalía pueda demandarlo ante un juez, bajo el cargo de ignorar órdenes judiciales que le exigían suspender la construcción de un camino en un predio expropiado. De esta manera, López Obrador, de centroizquierda, perderá el derecho a registrarse como candidato mientras esté bajo proceso, según establecen las leyes mexicanas. “Yo voy a esperar aquí en mi casa a que el ministerio público solicite al juez mi consignación”, dijo el alcalde de 51 años. Indicó que luego se presentará voluntariamente ante el magistrado, que podría ordenar su encarcelamiento, y reiteró que renunciará a su derecho de pagar una fianza para quedar en libertad. Pese a la indefinición sobre su situación actual, López Obrador dijo que ya delegó sus funciones en su secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, y que siguen atendidos todos los asuntos de la ciudad. Desde que se dictaminó su desafuero, el jefe de gobierno capitalino permaneció en su departamento. Con canciones y vítores, sus seguidores se acercaron a la zona para darle ánimos, pero López Obrador los llamó a no hacer un mitin político permanente frente a su casa, “por respeto a los vecinos”. Consultado sobre cuál será su agenda en adelante, respondió que iba a revisar un trabajo de la escuela que le pidieron a su hijo. “Ya no estoy en funciones”, dijo.
La impugnación efectuada por los miembros del PRD fue presentada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y sostiene que los diputados federales se excedieron en sus atribuciones. Los diputados consideran que la separación del cargo de López Obrador, basada en una ley secundaria que reglamenta la actividad de los funcionarios públicos, viola el artículo 111 de la Constitución, que dice que un funcionario al que se le quite el fuero dejará su puesto si es sujeto a proceso. Si la SCJN acepta el alegato de los diputados, el ex gobernante de la Capital podrá retornar a su puesto que abandonó ayer ante las distintas interpretaciones sobre lo que implicó el desafuero.
Fox, por su parte, calificó de “ejemplo de legalidad” la decisión del Congreso de desaforar al alcalde capitalino. “Creo que México da un ejemplo al mundo de legalidad, de apego a ley y también una clara señal de la fortaleza de nuestras instituciones”, dijo Fox a medios mexicanos desde Roma, donde asistió a los funerales de Juan Pablo II. La medida tomada contra López Obrador ha polarizado a la sociedad y generado una fuerte polémica, sobre todo luego de que el ex alcalde acusó a Fox, al presidente de la SCJN, Mariano Azuela, y algunos empresarios, de actuación facciosa en su contra.