Lun 11.04.2005

EL MUNDO  › EN CHINA SE MANIFIESTAN CONTRA LOS MANUALES DE TOKIO

Protestas para hacer historia

Unas 20.000 personas se movilizaron ayer en el sur de China, ante el Consulado de Japón en la ciudad de Canton y también en Shenzhen, continuando una campaña contra el “revisionismo” de Tokio, luego de las violentas manifestaciones antijaponesas del sábado en Pekín.
Las protestas del fin de semana, las más importantes de los últimos años en China, denunciaron el “revisionismo” de Japón, acusado de minimizar en manuales de historia las atrocidades perpetradas durante su colonización de parte de Asia en los años 1930-40. Además, en oposición a los esfuerzos de Tokio por obtener un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Quemando banderas, 10.000 personas desfilaron ayer frente al Consulado general de Japón en Canton y la misma cantidad ante un supermercado japonés, Jusco, en Shenzhen, gran ciudad industrial ubicada entre Canton y Hong Kong, según el portavoz de la Embajada de Japón en Pekín, Keiji Ide.
El sábado, manifestantes lanzaron piedras, botellas y huevos contra la embajada y la residencia del embajador de Japón en Pekín, rompiendo vidrios. Otros también atacaron bancos, tiendas y restaurantes nipones.
Además, dos estudiantes japoneses fueron agredidos el sábado en un restaurante de Shanghai. El canciller japonés, Nobutaka Machimura, convocó ayer al embajador de China en Tokio y reclamó “excusas y compensaciones” por los destrozos ocasionados. Pekín replicó acusando a Japón de ser responsable del deterioro de las relaciones bilaterales.
“Claramente China no es responsable del estado actual de las relaciones sino-japonesas”, declaró Qin Gang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino. Japón “debe abordar seriamente y correctamente los temas que hieren los sentimientos de los chinos, en especial los relacionados con la invasión de China, y hacer más esfuerzos para promover la confianza mutua y las relaciones bilaterales, en vez de lo inverso”, añadió a través de un comunicado publicado en el sitio Internet de la Cancillería. Tokio también pidió a las autoridades chinas garantizar la seguridad de los ciudadanos y bienes nipones en su territorio.
Pekín llamó ayer a los manifestantes a la calma y asegura haber tomado medidas para evitar que se repita la violencia. Se desplegaron numerosos policías, pero las protestas no fueron prohibidas por las autoridades.
La guerra de los manuales escolares es el último episodio de la tensión bilateral, alimentada por una disputa territorial por yacimientos de gas y petróleo en el mar de China oriental.

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