EL MUNDO
› COMO MANIFESTO EL MUNDO EN EL DIA DEL TRABAJADOR
Un reclamo polifónico y local
Las demandas laborales fueron superadas por las coyunturas nacionales. Las marchas más masivas tuvieron lugar en La Habana y San Pablo; en Ecuador, unos miles pidieron que se vaya el nuevo gobierno. Disturbios en Alemania.
El Día del Trabajador tuvo sus particulares reclamos políticos en el mundo. En América latina, las movilizaciones fueron una nueva oportunidad para oponerse a la corrupción y a la pobreza. En Ecuador, miles de trabajadores pidieron que se vaya el nuevo presidente Alfredo Palacio y el Congreso. La marchas más multitudinarias de nuestro continente se registraron en San Pablo y La Habana. En Irak, el reclamo fue “un gobierno laico”. Los partidos comunistas, en Europa y partes de Asia, obtuvieron un breve protagonismo en las calles. Los mayores disturbios se registraron en Alemania, en las ciudades de Leipzig y Berlín, con más de 130 detenidos y decenas de heridos.
De esta parte del hemisferio, la marcha paulista que reunió a unos dos millones de personas pidió la reducción de impuestos y tasas de interés, recuperación salarial y generación de empleo, además de críticas al gobierno de Lula da Silva. En la capital cubana, Fidel Castro aseguró a un público de más de un millón de personas, según proclamó el gobierno, que los cubanos “están más fuertes que nunca” frente a Estados Unidos. El presidente cubano estuvo acompañado por los líderes revolucionarios de El Salvador, Nicaragua y Venezuela, y familiares y víctimas de acciones terroristas en la isla.
El continente también tuvo su cuota de tensión política. Más de 10 mil trabajadores desfilaron ayer por las calles de Quito gritando consignas contra el gobierno de Alfredo Palacio, el Congreso y los partidos políticos, a los que responsabilizan de los problemas que afectan al país, ante la reciente salida del poder del ex coronel Lucio Gutiérrez. Los trabajadores aprovecharon para, otra vez, rechazar un posible Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. En La Paz, miles de trabajadores, mineros jubilados y comerciantes, organizados en sindicatos, pidieron a gritos la nacionalización –que podría votar el Congreso esta semana– de la riqueza gasífera que actualmente está en poder de las multinacionales petroleras.
Los sindicatos chilenos aprovecharon las conmemoraciones para anunciar que iniciarán una querella contra el ex dictador Augusto Pinochet y su ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, por las 26 muertes que produjo la represión del 11 y 12 de agosto de 1983, cuando el gobierno sacó 18 mil soldados a la calle para enfrentar una manifestación. Por su parte, Caracas tuvo dos grandes movilizaciones. Los opositores y los simpatizantes del presidente venezolano Hugo Chávez marcharon este domingo divididos y bajo fuerte presencia policial para asegurar que no se repitieran los incidentes del 1º de mayo de 2003 que terminaron con un muerto. En la capital mexicana, unas 50 mil personas marcharon, se quejaron del programa contra el desempleo del gobierno nacional que consideran un fracaso y expresaron su apoyo al alcalde de la ciudad, el desaforado y popular Andrés Manuel López Obrador.
Las movilizaciones de los trabajadores colmaron toda Europa. Alemania fue el único país donde se registraron grandes disturbios. En la ciudad de Leipzig, unos 850 manifestantes de extrema derecha se enfrentaron a unos 4 mil simpatizantes de izquierda y dejaron un saldo de 70 heridos y la misma cantidad de detenidos. Aunque las marchas en Berlín fueron más tranquilas, el resultado fue similar: 65 detenidos. En Francia hicieron uso de las manifestaciones del 1º de Mayo para pedir el rechazo del Tratado Constitucional de la UE en el referéndum que tendría lugar el próximo 29 de mayo bajo la consigna: “No a la Constitución, por una Europa de los trabajadores”.
A pesar de la violenta jornada que tuvo Irak (ver foto página 16), las manifestaciones sucedieron sin problemas. Sindicalistas y comunistas se reunieron en la plaza Ferdus con banderas rojas y pancartas con frases como “Los trabajadores de Irak desafían la violencia y la inseguridad”, “No, no al terrorismo” y “Queremos un gobierno laico”.
Otra previsión que no se cumplió fueron las protestas violentas contra Japón. El gobierno de Pekín decidió ayer prohibir toda marcha en repudiode Tokio. Donde sí hubo incidentes fue en Filipinas: al menos dos personas resultaron heridas y otras tres fueron detenidas luego de que la policía impidiera a los manifestantes acercarse al Palacio Presidencial en Manila. La tensión de las fuerzas de seguridad se debía a que estaban en estado de máxima alerta ante los rumores sobre un complot para deponer al actual gobierno.
Una vez más, las demandas de los trabajadores superaron el conflicto laboral y apuntaron hacia problemas de nivel político e institucional. En cada país, a partir de sus coyunturas nacionales, se reivindicaron posiciones políticas enfrentadas, sentimientos nacionalistas, reclamos por una distribución más equitativa, mejores condiciones de trabajo y, especialmente en América del Sur, por una mayor estabilidad y transparencia gubernamental.