EL MUNDO
› JAAFARI JURO COMO PRIMER
MINISTRO CON SIETE CARTERAS VACANTES
Irak tiene un gobierno (o algo así)
Los resultados del sabotaje sunnita a las elecciones de enero se mostraron ayer en Irak con la juramentación de un gabinete incompleto. Predicen un gobierno débil tras un predecesor fallido.
Por Patrick Cockburn*
Desde Amman
Las profundas divisiones entre las diferentes comunidades iraquíes resultaron obvias ayer cuando el primer gobierno democrático tomó juramento y varios cargos importantes quedaron sin cubrir. El gabinete, encabezado por Ibrahim al Jaafari, prestó juramento en una ceremonia dentro de la Zona Verde de Bagdad, que está fuertemente fortificada y defendida por tropas norteamericanas. Pero no se nombró titulares permanentes para los ministerios de Petróleo, Defensa, Electricidad, Industria ni Derechos Humanos.
Brilló por su ausencia el jeque Ghazi al Yawer, el ex presidente sunnita que ahora es vicepresidente: tal vez estaba boicoteando la ceremonia a raíz de que los árabes sunnitas no consiguieron los cargos deseados. Muchos miembros de la Asamblea Nacional tampoco asistieron a la ceremonia. La coalición chiíta está dispuesta a ceder el Ministerio de Defensa a un sunnita, pero los negociadores aún no han logrado acordar quién debería quedarse con el puesto. Los chiítas quieren una cuota del control de la seguridad y ya han nombrado a uno de sus seguidores en el Ministerio del Interior. El hecho de que se haya tardado tres meses desde la elección del 30 de enero en formar un gobierno –y uno en el que varios ministerios han quedado vacantes– demuestra el nivel de desconfianza entre los chiítas, kurdos y sunnitas.
El nuevo gobierno probablemente sea débil, ya que Jaafari no podrá ejercer demasiado control sobre su gabinete ni aun sobre los ministros de la Alianza Iraquí Unida, la coalición chiíta de la cual Dawa, su partido, es miembro. El nuevo gobierno es notable por el retorno a la vista pública de Ahmed Chalabi, otrora un hombre de los neoconservadores norteamericanos y ahora aliado a Muqtada al Sadr y otros militantes políticos chiítas. Ali Allawi, su sobrino y un empresario residente desde hace mucho tiempo en Gran Bretaña, es el ministro de Finanzas.
Según un asesor de Jaafari, Ibrahim Bahr al Uloum, un asociado cercano a Chalabi, es el candidato con más posibilidades de convertirse en ministro de Petróleo. “El Dr. Bahr al Uloum es el candidato más calificado de la Alianza Iraquí Unida”, dijo Jawad al Maliki, un alto funcionario del partido Dawa de Jaafari. También es el hijo del conocido clérigo chiíta Mohammed Bahr al Uloum. Chalabi además de ser el ministro de Petróleo en funciones es también viceprimer ministro.
Hasta la semana pasada, el ministro de Petróleo era un tecnócrata y geólogo llamado Thamir al Ghadhaban que estuvo en el cargo desde junio de 2004. Uloum no está demasiado bien visto dentro del Ministerio de Petróleo. La producción iraquí de petróleo actualmente es de 1.5 millón de barriles por día, lo que significa 17.000 millones de dólares por año. Sin embargo, la industria del petróleo sufre actos de sabotaje casi todos los días.
La administración saliente de Iyad Allawi fracasó notablemente en restaurar el orden público, asegurar el suministro regular y continuo de electricidad y mantener las estaciones de servicio abastecidas de gasolina y diesel. A pesar de que la insurgencia es en parte responsable por esto, muchos iraquíes responsabilizan a los ministros por la crisis social y económica debido a que no tenían experiencia, eran corruptos y muchas veces estaban fuera del país.
La televisión muestra imágenes del presidente Jamal Talabani caminando confiado hacia la tarima en el Centro de Convenciones y dando la impresión de que la normalidad está retornando a Irak, lo cual está bastante lejos de la realidad. El aeropuerto de Bagdad, bajo control estadounidense, ha estado cerrado desde el domingo, quitándole a la capital uno de los pocosvínculos con el mundo exterior. Los caminos fuera de la capital están dominados por hombres armados de la resistencia y bandidos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.