Las fuerzas estadounidenses declararon haber matado a 75 insurgentes en 24 horas, en una ofensiva en el oeste de Irak, mientras que el número de soldados estadounidenses muertos en el país desde la invasión en 2003 aumentó a 1600 con 12.000 heridos. Ayer se informó que un ciudadano japonés fue secuestrado y dos atentados dejaron unos 8 muertos.
Algunos 1000 soldados estadounidenses, apoyados por aviones y helicópteros, estaban luchando alrededor de Obeidi y Qaim sobre el Eufrates cerca de la frontera siria, ambas fortalezas de los insurgentes que han sido el escenario de frecuentes batallas en el pasado. En la capital, los atacantes suicidas siguen cometiendo ataques diarios. El sonido de una explosión reverberó en el sur de Bagdad ayer a la mañana cuando un vehículo atestado de explosivos estalló cerca de una estación de policía. Mató a dos policías y a un civil e hirió a seis policías y a tres civiles. El terrorista parecía estar tratando de atacar una estación de policía en el distrito de Shebab. Condujo por un espacio abierto, hacia la entrada posterior de la estación, pero su camino fue bloqueado por dos patrulleros. El conductor, casi seguramente un no iraquí, detonó sus explosivos, y la explosión mató o hirió a todos los que estaban cerca.
Hubo un enorme aumento en el número de ataques suicidas con bombas, el número en abril duplicó el del mes anterior. Los suicidas son, por lo general, jóvenes devotos de Arabia Saudita o Yemen, pero la infraestructura de casas seguras, especialistas en explosivos y abastecedores de vehículos e inteligencia, es iraquí.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.