Mié 11.05.2005

EL MUNDO

Los rebeldes que vos matáis gozan de buena salud y además secuestran

Después de una ofensiva norteamericana que dejó entre 75 y 100 muertos, ayer fue secuestrado el gobernador de Al Anbar, la provincia sunnita donde se desarrolla la acción. Y EE.UU. admitió que la lucha continúa contra “duros” focos de la resistencia.

La insurgencia en Irak escaló ayer sus operaciones al secuestrar al gobernador de la provincia sunnita de Al Anbar, Nawaf al Raja al Mahalui, reclamando a cambio de su liberación el fin de la ofensiva norteamericana en esta región al oeste del país. Es la primera vez que se secuestra a una persona de tan alto rango. La provincia de Al Anbar es fronteriza con Siria y según el ejército norteamericano es “un camino de infiltración y un santuario para los extranjeros”. La Operación “Matador” se inició hace dos días en la zona, en la que se sitúan algunos de los más importantes feudos de la insurgencia, como Faluja y Ramadi.
Una fuente indicó que sus secuestradores exigen que cese la ofensiva estadounidense. La operación tiene como objetivo “eliminar los insurgentes y combatientes extranjeros” y acabar con el aprovisionamiento de armas. Fuentes del ejército señalaron que entre “75 y 100 rebeldes”, algunos de ellos extranjeros, murieron en esta operación. El grupo de Abu Musab al Zarqawi, jefe de Al Qaida en Irak, desmintió en un comunicado en Internet la muerte de “combatientes musulmanes”. La operación militar se emprendió tras ser recibida información de que la insurrección había preparado desde esa desértica región la campaña de violencia que la pasada semana se cobró la vida en todo Irak de unas 300 personas, incluidos militares norteamericanos y policías iraquíes. Las tropas norteamericanas y las nuevas fuerzas de seguridad local son permanentemente acosadas en un intento de desestabilizar el proceso de reconstrucción de Irak por parte de partidarios de Saddam Hu-ssein, a los que se han sumado internacionalistas árabes de países vecinos y que, en contraste con los primeros, de ideología nacionalista, son de inspiración integrista islámica.
El general James Conway, jefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto, declaró que “la lucha continúa” contra focos de “dura” resistencia. Según Conway, es pronto para decir que las fuerzas estadounidenses han derrotado a la insurgencia en esa región, a la que calificó de “obstinada y competente” y que, en su opinión, está bien equipada y entrenada. “Hay informaciones que indican que esa gente cuenta con uniformes, en algunos casos llevan chalecos antibalas, y se sospecha que su entrenamiento excede” al que las fuerzas estadounidenses vieron en otras zonas del país, precisó. Sobre la colaboración de Siria en la ofensiva, el general explicó que “desde una perspectiva operacional, sólo puedo decir que hay contactos de bajo nivel que se mantienen de forma continua”, es decir, un diálogo “de rutina”. Al menos dos soldados estadounidenses murieron ayer en los combates que se libran en el área, lo que eleva a quince el número de militares que han perdido la vida en todo el país desde el sábado.
En Bagdad, dos atentados suicidas dejaron al menos siete muertos y 26 heridos. El primer atentado tuvo lugar en una calle céntrica cuando pasaba un convoy del ejército estadounidense, que indicó que no hubo víctimas entre ellos. Un segundo coche bomba explotó no lejos de allí, en este caso el blanco fue un puesto de la policía fluvial, en el que tres policías resultaron heridos. El ministro de Relaciones Exteriores italiano, Gianfranco Fini, dijo que las tropas italianas en Irak serán retiradas a más tardar en “enero o febrero del 2006”, después de la celebración de las próximas elecciones en ese país. Además, reiteró que Italia no retirará sus soldados con una decisión “unilateral”, sino de común acuerdo con los aliados y el gobierno iraquí.
Por otra parte, persistía la incertidumbre sobre el destino de un australiano secuestrado en Irak y un japonés que podría haber corrido la misma suerte. El gobierno japonés ayer no pudo confirmar que Akihito Saito, un ex soldado japonés de 44 años, empleado en una empresa de seguridad británica, haya sido secuestrado. El grupo Ansar al Sunna, vinculado con la red terrorista Al Qaida, anunció el lunes que había tomado como rehén a un japonés “gravemente herido” durante “una feroz batalla”.
Fuentes militares y diplomáticas en Bagdad confirmaron que el convoy en el que se encontraba el japonés antes de ser secuestrado había sido emboscado por insurgentes en el oeste de Irak.

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