EL MUNDO
› SERIAN 500 LOS MUERTOS POR EL GOBIERNO
La democracia uzbeka
Mientras miles de personas aterrorizadas trataban de huir de Uzbekistán a Kirgistán, las autoridades de la ex república soviética, aliada de EE.UU., habrían cometido una masacre en masa.
Por Stephen Khan y Francis Elliot *
Desde Londres
Cientos de manifestantes por la democracia habrían sido atacados a balazos por fuerzas gubernamentales en choques sangrientos que están devastando al este de Uzbekistán este fin de semana. Un observador de derechos humanos en la ciudad oriental de Andijan dijo que hasta 500 personas pueden haber sido muertas en los fusilamientos y las batallas armadas que siguieron. Los combates desbordaron la ciudad anoche, cuando manifestantes aterrorizados trataban de huir del país, visto por Estados Unidos y Gran Bretaña como un aliado clave en la guerra contra el terror.
Un ex embajador británico de Uzbekistán culpó anoche a Washington y Londres por abstenerse de apoyar a los movimientos prodemocráticos del país. Craig Murray dijo a este diario que el gobierno británico debía asumir cierta responsabilidad por los hechos que ahora se están desarrollando por haber cedido a la presión estadounidense para “apoyar a la dictadura del presidente Islam Karimov en Uzbekistán”. El presidente Karimov provee la base uzbeka para las fuerzas estadounidenses abocadas a operaciones de antiterrorismo en el fronterizo Afganistán y denunció ayer que los insurgentes están tratando de imponer una república islámica sobre el modelo de un califato.
Sostuvo Murray: “No apoyamos a aquellos que estaban tratando de desarrollar una oposición democrática en el país, lo que incluye a esa gente en Andijan. La gente está volcándose a la violencia porque nosotros no les ofrecimos ninguna alternativa ni apoyo alguno”. El ex embajador, quien renunció a la Cancillería a comienzos de año después de acusar al gobierno británico de aceptar información de inteligencia obtenida por las autoridades uzbekas gracias a la tortura, había llamado a Occidente a que respaldara a los activistas prodemocráticos de la misma manera que se hacía en el resto de la ex Unión Soviética. Sus pedidos fueron rechazados en Londres.
“Me enfurecí por completo ante el hecho de que no entregaran fondos. Los norteamericanos estaban diferenciando entre el entrenamiento en derechos humanos que estaban dispuestos a suministrar y el entrenamiento prodemocrático que no. Lo que me respondían desde Londres era que no estaban dispuestos a comprometernos en eso mientras los norteamericanos no lo estuvieran. Londres no le tendió la mano a esa gente cuando todavía existía la oportunidad”, dijo el ex diplomático.
En lugar de eso, las batallas estallaron el viernes, cuando rebeldes armados liberaron a cientos de personas que consideran como prisioneros políticos de una cárcel en Andijan. Mientras los cadáveres eran recogidos de las calles ayer, Saidzhakhon Zainatbitdinov, un activista independiente de derechos humanos en la ciudad, dijo: “El número total de muertos podría llegar a las 500 personas”. Zainatbitdinov basó su estimación en conversaciones con testigos y en sus propias observaciones. Previamente, el presidente Karimov afirmó que 10 policías y tropas habían sido muertos, pero no dio cifras de bajas civiles.
A medida que los refugiados se volcaban hacia la frontera con Kirgistán, la violencia irrumpió anoche en una localidad uzbeka cuando vehículos policiales fueron incendiados y los policías, golpeados. Los nuevos choques estallaron en el pueblo de Korasuv, 50 kilómetros al este de Andijan. Oficinas uzbekas de policía y recaudación de impuestos fueron incendiadas mientras se destrozaba a los vehículos de policía, según un funcionario de Kirgistán. Helicópteros uzbekos fueron vistos volando en torno del pueblo. Un poco más al norte de la frontera, 500 refugiados uzbekos, incluyendo a mujeres y niños, irrumpieron en Kirgistán. La Cruz Roja Internacional está ayudándolos.
Miles de personas se concentraron ayer en la frontera, que fue cerrada el viernes. Algunos usaban equipos de ingeniería para tratar de reparar un puente que había sido destruido por las autoridades uzbekas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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