Mié 18.05.2005

EL MUNDO

Condenan en España a un argentino por una protesta contra la guerra

Daniel Rizzotti, militante de Greenpeace y capitán del Rainbow Warrior, recibió seis meses de prisión en suspenso por bloquear en aguas españolas a una nave norteamericana que llevaba armas a Irak.

Seis meses de prisión. Esa fue la pena que la Justicia española le dio a Daniel Rizzotti, el activista argentino de Greenpeace que hace dos años bloqueó con el barco insignia de la organización ecologista, el Rainbow Warrior, la salida del buque de la marina norteamericana Cape Horne, que transportaba armas y municiones para invadir Irak. Ayer, el Juzgado en lo Penal número 1 de Cádiz lo encontró culpable del delito de “desobediencia grave”, por no acatar una orden judicial que lo intimó a abandonar la protesta. “Me condenaron por protestar –dijo Rizzotti a Página/12–, pero la sentencia no dice que había un barco norteamericano metido en territorio español ni que tenía municiones para matar gente en una invasión ilegal a un país soberano.” Para Greenpeace Argentina, esta sentencia es “un intento de criminalizar la protesta pacífica”.
El capítulo con características multinacionales en el que la Justicia de un país condena a un extranjero por bloquear un buque de una tercera nacionalidad se cerró parcialmente. La defensa del argentino tiene una semana para hacer la apelación y en ese lapso le pedirá a la fiscalía que retire los cargos. El fallo dice que el 14 de marzo de 2003, el Rainbow Warrior, capitaneado por Rizzotti, fondeó en una zona de seguridad “que entorpecía la salida y entrada de buques de la Base Naval de Rota”. (Cádiz). Que tanto el capitán como los cuatro tripulantes “desobedecieron las órdenes de la Guardia Civil”. Y que, además, “no acataron una resolución judicial que les obligaba a abandonar la zona”, lo cual provocó maniobras que produjeron “lesiones a dos agentes” de la fuerza pública.
De los cinco procesados, el único condenado fue Rizzotti. “El juez consideró que, como capitán, di las órdenes de seguir con la protesta a los demás”, explicó a este diario, vía telefónica. Quedaron absueltos de cargos los españoles María Teresa Ambrós y Carlos Bravo, el estadounidense Lawrence Martin Turk y el neocelandés Phillip Lloyd, quien, sin embargo, deberá pagar una multa de 600 euros. Todos ellos pudieron volver a su país de origen, pero Rizzotti deberá permanecer en territorio europeo hasta que la sentencia quede firme.
El proceso duró casi una semana y muchos consideran el resultado como “un triunfo”, por las características de la pena. Previamente, la fiscalía había pedido cuatro años de prisión para Rizzotti, pero luego redujo la solicitud a tres, tras quitarle el cargo de lesiones culposas contra agentes de la Guardia Civil. “Me dijeron que abandonara el puerto, pero cuando trajeron la orden la desconocí, porque citaba leyes españolas que no conocía y pedí asesoramiento a mi abogado. Ahí fue cuando invadieron la nave, golpeándonos y rompiendo vidrios que lastimaron a uno de los guardias”, recordó el argentino, de 41 años, militante de Greenpeace desde hace 9.
Al inicio del juicio, Rizzotti hizo su propio alegato, basado en los principios del juicio de Nüremberg “que obligan a proteger la vida” y la libertad de expresión contra la guerra, explicó. “El momento de la sentencia fue emotivo. Una de mis compañeras me abrazó y se puso a llorar. El juez quiso poner orden, pero no pudo”, recordó. Esos argumentos, fundados en el cumplimiento de los derechos humanos, pesaron en el fallo. “Sin embargo, en el juicio se habló de un policía que se había dañado una uña y no de las pérdidas de vidas humanas en Irak, que fue lo que reclamamos. Eso fue una vergüenza”. En apoyo a Rizzotti se juntaron 86 mil firmas de personas que se autoinculparon y pidieron ir presos junto con Rizzotti. “Ellos me absolvieron y eso es lo importante”, reflexionó.
Pese a que reconoce al fallo como un “triunfo”, el capitán del Rainbow Warrior también lo califica de “duro”. Puntualmente “porque el texto dejó de lado todos los valores de los derechos humanos”, apuntó. Por su parte, el titular de Greenpeace Argentina, Martín Prieto, sostuvo a este diario que “festejamos que haya sido una condena a prisión en suspenso, pero es un absurdo juzgar a los que protestan contra un conflicto bélico. Esto es un intento de criminalizar la protesta pacífica”. “Rizzotti no es nada más que un emergente de la protesta global contra la guerra y el fallo fue indudablemente político”, sostuvo Prieto. Agregó que “de todos modos, vamos a seguir con la presión”, solicitándole al gobierno español que dé un mensaje político importante y al fiscal, que retire los cargos”.

Informe: Adrián Figueroa Díaz

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