Dom 29.05.2005

EL MUNDO

Dime cómo eres, cuánto ganas, qué edad tienes y te diré qué votas hoy

Por Guillaume Fourmont *

Nunca Europa había suscitado tanta controversia en la sociedad francesa. Los debates para explicar la Constitución Europea se sucedieron en las cadenas de televisión; crónicas y análisis del texto invadieron periódicos y librerías. Los franceses se forman una opinión, quieren llegar a las urnas con las ideas claras. El 70 por ciento de los votantes se dice seguro de su elección. En los ascensores, los bares, los pasillos de las oficinas se repitió la misma pregunta nada más saludar: “Y tú, ¿qué vas a votar?” “Sí”, “no”, “no sé”, se contesta rotundamente o aún en la incertidumbre.
¿Quiénes son estos fieles defensores de la Carta Magna europea, los que dejarán en la urna la papeleta “sí”? ¿Quién votará “no” sin dudar ni un segundo? ¿Y los indecisos, que parecen detener la clave del referéndum? ¿Se puede dibujar un identikit de las caras del “sí” y las del “no”? “Resulta difícil dibujar el perfil claro de los votantes del ‘sí’ y los del ‘no’”, explica Carine Marcé, subdirectora de estudios en el departamento Opinión y Política del instituto de sondeos TNS-Sofres. Las encuestas se realizaron con una muestra de entre 800 y 1000 personas sobre un cuerpo electoral de más de 40 millones. “Sin embargo”, matiza Marcé, se pueden destacar “constantes”. Tras cruzar parámetros de edad, sexo, profesión y orientación política, los sondeos dejan vislumbrar estas caras del “sí” y del “no”.
u Un hombre de más de 65 años, rico y comprometido en el proyecto europeo. La construcción europea es demasiado importante para ponerla en tela de juicio. Es el argumento clave de personas, mayores de 65 años, que conocieron la II Guerra Mundial y fueron los testigos de todo el proceso de la construcción europea. Suelen vivir en grandes ciudades, como París, y ser militantes de las conservadoras Unión por la Democracia Francesa (UDF) y Unión por un Movimiento Popular (UMP) del presidente Jacques Chirac. Los defensores del sí son mayoría en los dos partidos; el 80 y el 75 por ciento, respectivamente, según TNS-Sofres. Jérôme Fourquet, director de estudios en el departamento Opinión Pública del instituto Ipsos, añade que la cara del sí es también una mujer dinámica, urbana y de derecha. “Además de su compromiso pro europeo, los votantes del sí no quieren deslegitimar el gobierno, el presidente Chirac y los líderes de la mayoría parlamentaria que llamaron a votar sí. No quieren debilitar a sus dirigentes.”
u Obrero comunista o de extrema derecha. Las caras del “no” son muy heterogéneas, aunque tengan un punto en común: pertenecen a partidos radicales, de extrema izquierda o derecha. “¡Basta ya! La Constitución europa no es buena para Francia”: el argumento podría ser del Partido Comunista (PC) o del Frente Nacional (FN). El 90 por ciento de los afiliados al PC o al FN dicen que dejarán en las urnas sin ninguna duda la papeleta “no”, según una encuesta de TNS-Sofres. Se trata sobre todo de la clase popular, obrera, que se enfrenta a una situación económica difícil, y que vive en una región marcada por la desindustrialización. Para ellos, Europa no cambia las cosas. Fourquet insiste en que “el debate sobre la Constitución Europea se mezcla con intereses y preocupaciones sociales nacionales”. “A la izquierda –explica Fourquet–, hay un temor a que la Constitución Europea ponga en peligro los servicios públicos, favorezca la descentralización y entonces amenace el empleo”. En cuanto a la extrema derecha, la Carta Magna europea es el primer paso hacia una Europa federal, lo que es una amenaza a la soberanía nacional de Francia. “El ‘no’ es popular, social y nacional”, declaró Carl Lang, el número tres del FN. El “no” a la Constitución Europea se convirtió en un voto de castigo al gobierno de Jean-Pierre Raffarin y al presidente Chirac.
u Una mujer joven sin preferencia política. A cara o cruz, así podrían votar los indecisos. Para los analistas, son la clave del escrutinio porque representan entre el 18 y 24 por ciento, según las encuestas. En las elecciones presidenciales de 2002, los indecisos esperaron el último momento para decidirse. La diferencia con hoy es que no hay segunda vuelta. Marcé explica que el indeciso es una persona que “no tiene preferencia política” y cuya actitud es “difícil de prever”. TNS-Sofres apunta que se trata en general de mujeres activas, de entre 35 y 49 años, y simpatizantes del Partido Socialista (PS). Fourquet comenta que “sus corazones dan vueltas entre su representación de la sociedad, más social, y lo que está en juego con el referéndum”. Las divisiones del PS, entre partidarios (François Hollande) y opositores (Laurent Fabius) al texto europeo, no les facilitan las cosas. Los indecisos se decidirán al último momento y son los que más tendrán en cuenta las últimas encuestas. El miedo de la victoria del “no” podría llevarlos a votar “sí”, y viceversa. Marcé es optimista: “Los movimientos de opinión siempre son posibles. La victoria del sí no está excluida”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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