EL MUNDO
Efecto boomerang de corrupción
El principal acusado por corrupción del aliado gubernamental Partido Laborista implicó al PT de Lula en casos de sobornos.
Pasó de acusado a acusador en menos de una semana y desató una ola de denuncias, críticas y desmentidas que revolucionó a toda la clase política brasileña. Roberto Jefferson, diputado del Partido Laborista Brasileño (PTB) y desde hace un mes el principal acusado de la mafia que manejaría la empresa estatal de Correos, denunció ayer que el tesorero del PT, Delubio Soares, pagó desde el 2003 hasta inicios del 2005 unos 30 mil reales por mes, es decir, más de 12 mil dólares, a varios diputados. Identificó a líderes del conservador Partido Progresista (PP) del presidente de la Cámara de Diputados, Severino Cavalcanti, que votó las principales reformas impulsadas por el Ejecutivo, y del derechista Partido Liberal (PL) del vicepresidente José Alencar. El gobierno admitió que lo sabía desde marzo, pero que no tenía pruebas. Hubo pedidos de juicio político para el presidente Lula y la interpelación de los ministros involucrados.
El ministro de Coordinación Política, Aldo Rebelo, confesó ayer que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva había recibido “denuncias genéricas” de Jefferson sobre sobornos que estaba pagando el PT a legisladores para asegurar el apoyo del Congreso a los proyectos de su gobierno. Jefferson aseguró que ordenó a los diputados de su partido no aceptar las coimas y que denunció la situación ante el jefe de Gabinete José Dirceu (ver abajo), y los ministros Antonio Palocci, de Hacienda, y Ciro Gomes, de la Integración Nacional. Finalmente se lo comunicó a Lula, “que lloró al enterarse”. Según el diputado, a partir de ese momento, los pagos se cortaron. Desde la oposición, César Maia, del derechista Partido del Frente Liberal, aseguró que pedirá un juicio político para Lula “si se comprueban estas denuncias”. Asimismo, Anthony Garotinho, otro opositor, advirtió que “ya hubo un presidente renunciado por mucho menos”, en referencia al ex presidente Fernando Collor de Mello, que allá por 1992 contaba con el incondicional apoyo del propio Jefferson.
La denuncia provocó una reacción inmediata del PT. Su presidente, José Genoino, emitió una nota en la que aseguró haber recibido “con sorpresa e indignación” las declaraciones de Jefferson, “que no tienen el mínimo fundamento en la realidad”, según afirmó. También recordó que las relaciones de su partido con los aliados se basan en la garantía de la gobernabilidad. Por su parte, el presidente Lula, que está visitando la ciudad de San Pablo, volvió a Brasilia para una reunión urgente de toda la coordinación política del gobierno en la tarde de ayer. El comunicado del PT también negaba que el ministro de Hacienda hubiese sido “abordado sobre procedimientos inadecuados en la base parlamentaria”. Por el contrario, el ministro de Integración Nacional, Ciro Gomes, declaró que hace un año había “escuchado rumores” referidos al pago de coimas en el Congreso, pero aseguró que nunca tuvo pruebas concretas. Por esta razón, Gomes rechazó las denuncias de Jefferson, aunque se mostró a favor de una investigación y aseguró que Lula no tolerará irregularidades.
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