Mié 15.06.2005

EL MUNDO

Adiós al legendario líder del comunismo portugués

Murió Alvaro Cunhal, el carismático ex jefe del Partido Comunista de Portugal.

El último estalinista europeo y el más feroz luchador contra la dictadura portuguesa se rindió. Alvaro Cunhal, el líder histórico y carismático del Partido Comunista Portugués (PCP), marxista-leninista ortodoxo, murió durante la madrugada del lunes, en Lisboa, a los 91 años. Nunca ejerció el poder, y su pensamiento radical e inflexible desencadenó las más encendidas y dispares opiniones. Sin embargo, el lunes las reacciones fueron unánimes. Portugal entero, de la derecha a la izquierda, reconoció su mérito no sólo como luchador incansable por el fin del régimen dictatorial que gobernó Portugal entre 1926 y 1974, sino también como escritor y artista.
“Alvaro Cunhal es una de las grandes figuras políticas portuguesas del siglo XX, cuya historia marcó por la tenacidad y el calor con que defendió y luchó por sus ideales y por sus profundas convicciones políticas”, afirmaba ayer el primer ministro, José Sócrates, en un comunicado. Nacido el 10 de noviembre de 1913 en Coimbra, Cunhal dedicó toda su vida, política y privada, al ideal comunista, causa que abrazó con sólo 17 años. En 1933 se afilió al PCP y en 1935 ya formaba parte del Comité Central del partido. En 1937 fue detenido por primera vez por la policía política. Se sucedieron otros encarcelamientos y muchas sesiones de tortura. En total, pasó más de once años en la cárcel, ocho de ellos seguidos y totalmente aislado del mundo en una celda.
Nunca vaciló, nunca denunció nada ni a nadie. En la prisión aprovechó para estudiar, traducir al portugués clásicos de la literatura europea, escribir y pintar. “Cuando se tiene un ideal, el mundo es grande en cualquier parte”, afirmó más tarde. En 1960 protagonizó una famosa fuga de la prisión mejor vigilada del país, una fortaleza en la ciudad de Peniche, en medio del mar. Desde entonces, y hasta 1974, cuando un golpe militar acabó con la dictadura, vivió en la Unión Soviética y otros países del entonces bloque comunista del este de Europa. Pese a la vida clandestina, al exilio y a la cárcel, logró levantar al PCP y mantener organizada una buena estructura de apoyo a la resistencia portuguesa. Los comunistas fueron la única fuerza de oposición que logró mantenerse activa durante los largos años del régimen autoritario portugués. Por eso, Cunhal fue la figura dominante de la resistencia.
Volvió a Portugal el 30 de abril de 1974, después de la Revolución de los Claveles, aclamado por las multitudes, celebrado como un héroe nacional. Defendía para Portugal el marxismo-leninismo, su referencia era el modelo soviético. Formó parte de los primeros gobiernos provisionales, entre 1974 y 1975, pero las puertas del poder se cerraron para los comunistas tras las elecciones generales de abril de 1975, cuando los partidarios de la socialdemocracia obtuvieron un apoyo aplastante en las urnas. Mario Soares, entonces líder del Partido Socialista y más tarde primer ministro y presidente de la república, se transformó en su más directo adversario, poniendo fin a décadas de lucha conjunta, desde la misma trinchera.
Cunhal fue secretario general del PCP hasta 1993. No cedió a los intentos de algunos militantes comunistas portugueses de abrir el partido al eurocomunismo. En noviembre del año pasado envió su último mensaje al congreso del PCP, que eligió al actual líder, Jerónimo de Sousa. Una vez más, reiteró la matriz marxista-leninista del partido y advirtió sobre los ataques socialdemócratas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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