EL MUNDO
› MANIFESTACION ANTIGAY CON SUSTRATO POLITICO EN MADRID
La vuelta de la vieja España
Un día antes de las elecciones en que el ex franquista Manuel Fraga Iribarne podría perder el feudo que mantiene en Galicia desde 1981, su partido y la Iglesia lanzaron una marcha antigay sobre Madrid.
La España conservadora se manifestó ayer en contra del matrimonio homosexual con el apoyo oficial de la Iglesia Católica y de la oposición de derecha del Partido Popular (PP). La manifestación coincidió con la jornada de reflexión previa a los comicios de hoy en Galicia, donde se piensa que Manuel Fraga Iribarne, ex ministro del dictador Francisco Franco y presidente gallego por el PP desde 1981, podría quedar por primera vez sin mayoría absoluta, debiendo ceder el gobierno a una inédita coalición socialista-nacionalista. Se especulaba, por lo tanto, que la manifestación podría tener algún efecto en los comicios.
Varios miles de personas, entre ellas unos veinte obispos al frente del cortejo, marcharon bajo un calor agobiante en Madrid, muchos en familia y en un ambiente festivo, contra el proceso de legalización del matrimonio homosexual en España. “La familia sí importa”, “Por el derecho a un padre y una madre”, fueron los lemas que agitaron manifestantes de todas las edades, venidos en trenes o colectivos desde Valencia, Toledo o Granada, respondiendo a la convocatoria del Foro Español de la Familia (FEF), una federación de asociaciones católicas laicas españolas. El responsable del servicio de orden de la manifestación, Ignacio García Juliá, calculó que los manifestantes eran unos 500.000 al principio de la manifestación, es decir la participación esperada por los organizadores. Pero esta cifra fue desmentida por observadores independientes.
Numerosos jóvenes, niños en los hombros de sus padres, pudieron verse en el cortejo, colorido y festivo gracias a la abundante presencia de globos de todos los colores y pancartas, así como banderas oro y sangre de España. Cartelones que citaban la frase “Dios es solidaridad” del difunto papa Juan Pablo II, fueron acompañados con una foto gigante del pontífice polaco. Una de las primeras acciones de Benedicto XVI, su sucesor, fue precisamente criticar la ley aprobada en España.
“El gobierno vulnera la familia, el único matrimonio es el de un hombre y una mujer”, dijo en medio de la multitud el padre Antonio San Félix, un joven cura con ropa negra y anteojos de sol, frente a un cortejo con sonido de fondo de rock español difundido por altoparlantes. La marcha finalizó en la Puerta del Sol, donde se leyó un manifiesto instando al gobierno a retirar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y a regular la adopción de forma que garantice “el derecho de un niño a tener una madre y un padre”. El texto de ley adoptado en abril por los diputados debe ser definitivamente confirmado por el Parlamento a finales de junio.
La Conferencia Episcopal Española (CEE) expresó esta semana su apoyo explícito a la marcha y participó uno de los dos cardenales del país, monseñor Rouco Varela, ex presidente de la CEE, quien fue ovacionado a su llegada. Sin embargo, algunos de los miembros más importantes de la Iglesia se desmarcaron de la protesta. El cardenal de Sevilla y los obispos de Cataluña y País Vasco, conocidos por su moderación, no estuvieron presentes. Pero la manifestación contó con el apoyo de la dirección del PP y el partido estuvo representado, entre otros, por Ana Botella, esposa del ex jefe del gobierno, José María Aznar, y por el secretario general del partido Angel Acebes, Jaime Mayor Oreja, portavoz del PP en el Parlamento Europeo, pero no por su presidente Mariano Rajoy. Simultáneamente tenía lugar un gran carnaval callejero animado por el cantante brasileño Carlinho Brown, al que los colectivos homosexuales invitaron a sus simpatizantes para manifestarse enarbolando las banderas del arco iris. Horas antes de la manifestación conservadora, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales (Felgt) realizó un acto en el que leyó un comunicado en defensa de la ley y animando a los ciudadanos a participar en la marcha del orgullo gay del 2 de julio. “La familia sí importa, y las nuestras también”, resaltó el comunicado. La presidenta del colectivo de gays y lesbianas, Beatriz Gimeno, expresó: “Lo que nos parece preocupante es que la jerarquía de la Iglesia Católica y el PP se hayan prestado a posar en esa foto revival en blanco y negro del nacionalcatolicismo, de una época felizmente superada por todos”.