Mié 06.07.2005

EL MUNDO

Una solución para Bolivia entre gallos y medianoche

Después de una serie de falsos comienzos, el Congreso boliviano aprobó en la madrugada de ayer elecciones para diciembre y consultas para la asamblea constituyente y autonomías en julio de 2006.

Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz

La transición política boliviana encontró una luz al final del túnel al arribarse a un acuerdo parlamentario que consiguió destrabar la “agenda nacional”. El humo blanco –que por momentos se ennegrecía– salió en la madrugada de ayer luego de una reunión de jefes de bloque, autoridades legislativas y representantes del Ejecutivo y fue ratificado posteriormente por los congresistas. La aceptación del acuerdo por el Movimiento al Socialismo (MAS) facilitó la obtención de los dos tercios necesarios para el acortamiento del mandato de los legisladores y la convocatoria a elecciones generales en diciembre próximo. Adicionalmente, se acordó postergar la asamblea constituyente y el referéndum por autonomías, que deberán desarrollarse simultáneamente el primer domingo de julio de 2006.
Para posibilitar la renovación congresal se reformó el artículo 93 de la Constitución Política del Estado, que sólo prevé elecciones para presidente y vice en caso de vacancia; entretanto, fueron creados los Consejos Preconstituyentes y Preautonómico, tendientes a ordenar el tránsito hacia la “refundación” del Estado boliviano. De esta forma, queda para más adelante la elaboración de la pregunta para la consulta autonómica y la ley especial de convocatoria a la constituyente –ayer sólo se fijó la fecha– que defina la modalidad de elección. Los movimientos sociales reclaman que se combine la forma “liberal” con los “usos y costumbres” indígenas y campesinos, lo cual es resistido por las elites cruceñas, que temen una “revancha indígena” contra sus intereses, fundamentalmente en relación a la propiedad de la tierra. Entretanto, con este pacto político queda habilitado el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga –ya que se considera que pasó un período constitucional completo– y queda fuera del ring electoral Carlos Mesa –ya que en Bolivia no hay reelección–, pese a que se ubica en un lugar expectante en las encuestas. “Se trata de un nuevo empate, pero en este caso el acuerdo político puede ir canalizando la polarización social hacia el ámbito institucional, de forma que el desempate se pueda ir procesando como actos electorales sucesivos” (elecciones generales, prefectos, constituyente y referéndum), explica el analista político Alvaro García Linera.
Luego de que varias veces “se quemara el pan en la puerta del horno”, en la noche del lunes los congresistas se mostraron cautos y avanzaron con pies de plomo en su intento de repetir, con más suerte, la votación del pasado jueves, en la que el MAS votó contra la modificación constitucional y naufragó un acuerdo preliminar entre jefes de bloque. Finalmente, unos y otros cedieron, aceptando la postergación y simultaneidad del referéndum autonómico con la asamblea constituyente.
Las presiones del presidente Eduardo Rodríguez Veltzé –que dio al Congreso plazo hasta el viernes, y en caso contrario convocaría a elecciones sólo para presidente y vice– junto al reclamo ciudadano para que “se vayan todos” no fue ajeno a este resistido “renunciamiento”, para muchos un harakiri, dado que no renovarán su mandato. “Hemos estado entrampados como país, hoy entendimos que para poder conciliar agendas hay que renunciar a una parte de nuestros sentimientos; esperemos que este sea el inicio de una nueva etapa”, se entusiasmó Hormando Vaca Díez, quien quizá se anime a postularse a la presidencia como el candidato del oriente, intentando capitalizar el “haber sido víctima de una conspiración de Mesa, Evo y las élites paceñas” para evitar su investidura presidencial por sucesión constitucional.
“Es lo que propuso el MAS desde el principio, articular ambas agendas; si este Parlamento nos hubiera tomado en cuenta nos hubiéramos ahorradomuchos problemas”, declaró el líder cocalero, Evo Morales, luego de haber sostenido una posición no exenta de vaivenes. La única tienda política que se mantuvo hasta el final en su posición de convocar a constituyente antes de las elecciones generales –“para dar lugar a nuevas reglas de juego”– fue Nueva Fuerza Republicana (NFR, populista de derecha). Para NFR, las elecciones anticipadas “son un reclamo de la embajada norteamericana y de Gonzalo Sánchez de Lozada (que en una entrevista en la CNN se pronunció por esa opción)”. “Con esto, el MAS construyó una autopista de dos carriles para que la derecha vuelva al poder y se olvide de la Constituyente”, expresó el senador Filemón Escóbar, ex militante del MAS que luego se pasó al bloque “mesista” y ayer intentó agredir con un crucifijo a Vaca Díez. Su apuesta era a la habilitación electoral de Carlos Mesa, lo cual nunca llegó a estar en agenda, dada la oposición del MNR y el MIR.
Los cruceños pueden poner en su haber la elección de prefectos (gobernadores), a la que conciben como un primer paso en su “guerra de posiciones” por la autonomía departamental. Ahora, la Asamblea Preautonómica deberá decidir si acepta la postergación del referéndum por iniciativa ciudadana, convocado de facto para el 12 de agosto, hasta el próximo año. “Nunca fuimos inflexibles”, se defendió el presidente del Comité Cívico cruceño, Germán Antelo. “2006 es un plazo demasiado prolongado para la constituyente, pero vamos a consultar a nuestras bases para decidir cómo participar en el proceso electoral, no podemos permitir que la derecha vuelva al gobierno después de tanto sacrificio”, dijo, por su parte, el líder alteño Abel Mamani. La propia Federación de Juntas Vecinales de El Alto (Fejuve) se prepara para conformar su propio “instrumento político”, mientras el MAS intenta conformar un frente amplio de movimientos sociales y sectores urbanos de centroizquierda que le permita trasladar a las urnas su influencia en las calles. Enfrente está una derecha “renovada” que se prepara para intentar conquistar a las “mayorías silenciosas” con un discurso que buscará contraponer la Bolivia ordenada y productiva a la Bolivia de los bloqueos y el caos.
En lo que hoy todos están de acuerdo es que el actual acuerdo es sólo una tregua en una larga batalla entre dos visiones contrapuestas de país. En la tarde de ayer, los “padres de la patria” –como se llama aquí a los congresistas no sin una dosis de ironía– volvieron a sus bancas a completar la aprobación del marco legal del acuerdo..., pero esta vez más relajados y con amplias sonrisas de “deber cumplido”. Incluso alguno se animó a decir que, al fin y al cabo, “este no fue un mal Parlamento”.

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