Miles de manifestantes se enfrentaron con la policía en las afueras de Gleneagles ayer mientras intentaban llegar hasta el lugar donde se estaban reuniendo los líderes de las naciones más ricas en medio de la mayor operación de seguridad jamás vista en Gran Bretaña. La policía trajo refuerzos en helicópteros Chinood mientras los activistas anticapitalistas, algunos flameando banderas, otros vestidos como payasos, rompieron el cerco perimetral, corriendo a través de los campos de trigo en la campiña escocesa. Un centenar de personas fueron arrestadas y otras 25 resultaron heridas. Es la primera vez que los helicópteros militares han sido desplegados por la policía contra civiles en tierra británica.
Los manifestantes atacaron una torre de seguridad, destrozando paneles y luces, poco después de la llegada del presidente George Bush –quien sufrió heridas pero por otra causa: chocó con su bicicleta contra un policía–. Largas filas de policías portando escudos antimotines y bastones extendidos apoyados por oficiales montados empujaron al grupo de disidentes de vuelta a los campos de trigo. Cientos de otros oficiales se formaron a lo largo del cerco interior del estado de Gleneagles a casi un kilómetro de donde se estaban reuniendo los líderes del G-8. En Auchterarder, la ciudad más cercana a la cumbre, hubo escaramuzas entre los manifestantes y la policía antimotín, muchos de ellos reclutados de fuerzas en Inglaterra y Escocia. Más de 10.500 oficiales han sido desplegados para vigilar la reunión de tres días, 5000 de ellos en Auchterarder, donde superan el número de población local. Michael Todd, de 28 años, un hombre local, fue herido en una carga de la policía. “Me caí al suelo y ahora estoy cubierto de sangre”, dijo, con su cabeza cubierta de vendas. Otros en la ciudad veían cómo se desarrollaba la escena por televisión.
Los manifestantes se separaron de una ruidosa pero tranquila marcha por la paz de 10.000 manifestantes que siguió adelante a pesar de haber sido cancelada abruptamente y luego restaurada después de que la red de rutas de Escocia fue paralizada por el bloqueo a la mañana temprano hecho por pequeños grupos de anarquistas. Cientos de personas han sido arrestadas durante un día de violencia. Mientras los que iban a sus trabajos se enfrentaban a embotellamientos en Stirling, donde alrededor de 300 extremistas encapuchados rompieron un Burger King después de pasar la noche en un “campo ecológico” cerca de ahí. A causa de la violencia, los servicios de trenes entre Stirling y la capital fueron suspendidos.
La policía advirtió que aquellos que no tuvieran una entrada no podrían asistir al concierto The Final Push (El último empujón), en Murrayfield, para el final de la campaña “Haz de la Pobreza Historia”. Alrededor de 50.000 personas llegaron en trenes para ver actuar a estrellas que incluían a Travis, Bono y James Brown, mientras la policía mantenía una fuerte presencia de seguridad en la ciudad. Anteriormente la policía declaró que habían desbaratado un plan de un bloqueo de Edimburgo que hubiera evitado que los delegados llegaran a Gleneagles. Ayer, cientos de oficiales fueron enviados al Sheraton Grand Hotel temprano, donde muchas personas pertenecientes al G-8 se estaban quedando. Los manifestantes bloquearon otras innumerables rutas estratégicas hacia la ciudad. Bob Geldof se encontró en medio de la manifestación y debió ser acompañado desde el Hotel Balmoral bajo escolta policial. Dijo que “no había comparación” entre aquellos comprometidos en los hechos violentos y los cientos de miles que habían tomado parte en una protesta pacífica.
Ayer por la noche, las manifestaciones se hicieron aún más violentas y100 personas fueron detenidas cuando se produjeron serios enfrentamientos entre manifestantes y policías cerca del hotel donde se celebró la cena inaugural con la presencia de la reina Isabel II.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.