EL MUNDO
› TERMINO LA CUMBRE DEL G-8 Y
GRAN BRETAÑA LOGRO IMPONER SU AGENDA
Retrato de familia con Blair al frente
En el final de la cumbre, los ocho firmaron el compromiso de aumentar la ayuda a los países pobres hasta llegar a 50 mil millones de dólares anuales en 2010 –la mitad para Africa– y la condonación de la deuda externa de dieciocho países.
Por Ernesto Ekaizer *
Desde Gleneagles
El primer ministro británico, Tony Blair, hizo firmar a cada uno de los jefes de Estado y de gobierno del G-8 (EE.UU., Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Rusia), por primera vez en la historia de estas cumbres, un ejemplar de los acuerdos alcanzados –prácticamente un libro que supera las 100 páginas–, entre los que se destacan el incremento de la ayuda a los países pobres hasta llegar a 50.000 millones de dólares anuales en 2010, cuya mitad irá a Africa, y la cancelación de la deuda a 18 países por valor de 40.000 millones de dólares. En materia de cambio climático, se relanzará la negociación en noviembre. Blair admitió ayer que los pactos no se alcanzarán por figurar en el comunicado, sino que ahora hay que cumplir los acuerdos.
La puesta en escena del comunicado final fue estudiada como si se tratara de una película de Hollywood. Blair apareció arropado por sus colegas del G-8, el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, y el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato. Leyó un comunicado final a modo de resumen del libro acordado y estampó su firma sobre él. A continuación pasó el bolígrafo a cada uno de sus socios, quienes fueron pasando uno por uno a modo de ceremonia. Más tarde, Blair explicaría que es la primera vez que se hace una cosa así. “Lo que se ha pactado no se va a conseguir porque figure en un comunicado. Ahora hay que pasar a los hechos”, explicó en la rueda de prensa posterior. Si bien cada uno de los jefes de Estado y de gobierno, como es habitual, intentaron en sus conferencias de prensa arrimar el agua a su molino, quien batió el record de autocomplacencia fue George W. Bush. El presidente norteamericano hizo difundir su versión de los acuerdos y canceló la rueda de prensa prevista. Bush, según informaron fuentes de la Casa Blanca, pensaba hablar con la prensa norteamericana a bordo del avión Air Force One, de regreso a casa. La versión de esta cumbre, según el comunicado de la Casa Blanca, es que en la mayoría de los asuntos fue Bush quien llevó la batuta, y a lo sumo admite compartir estrellato con Tony Blair.
Los acuerdos alcanzados superan holgadamente los dos grandes temas propuestos por Blair: ayuda al desarrollo de los países pobres, y dentro de ellos a Africa, y cambio climático. Se han adoptado, además, resoluciones que reflejan el impacto de los atentados terroristas de Londres, como un manifiesto de “contraterrorismo”, Irak, no proliferación de armas de destrucción masiva; el proceso de paz de Medio Oriente, con la asignación de 3000 millones de dólares para la construcción de infraestructuras en Palestina, según había solicitado James Wolfensohn, enviado a Gaza y Cisjordania; gobierno e instituciones; el plan para el Amplio Oriente Medio; la eliminación de los subsidios agrícolas por parte de los países ricos y muchas otras cuestiones.
Blair admitió, al presentar las resoluciones, que nunca se puede conseguir en política todo lo que uno quiere. Si bien no iba a poner “sobreprecio” a lo que se había pactado, tampoco estaba por la labor de “infravalorar” lo que él y su ministro de Finanzas, Gordon Brown, a quien agradeció de manera solemne por su trabajo, habían conseguido. Según destacó, el incremento de la ayuda a los países pobres en 50.000 millones de dólares anuales hacia el 2010 es un gran avance. De ellos, 25.000 millones serán dirigidos a Africa. También subrayó la cancelación del 100 por ciento de la deuda de 40.000 millones que mantienen 18 países (14 del Africa Subsahariana) con los organismos multilaterales de crédito.
El movimiento “Hacer de la pobreza historia”, que se ha movilizado junto con los cantantes Bob Geldof y Bono en apoyo de los planes de Blair, consideró positiva la ayuda al desarrollo pactada, pero la colocó en su contexto. “La promesa del G-8 de incrementar la ayuda al desarrollo en 50.000 millones de dólares en cinco años sale de dinero ya comprometido. Sólo alrededor de 20.000 millones de dólares es dinero fresco. Y una parte de éste se tomará prestado contra presupuestos de ayuda futura antes que de nuevas contribuciones”, señaló en un comunicado. Pero tanto Bono como Bob Geldof se manifestaron satisfechos por los resultados.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.