EL MUNDO
› ITALIA EXIGE QUE SE
RESPETE LA SOBERANIA NACIONAL
Vigilar y castigar a la CIA
El Tribunal de Apelación de Milán ordenó la detención de seis agentes secretos de Estados Unidos por el secuestro del imán islámico Abu Omar en 2003, quien dijo haber sido torturado.
La Justicia italiana insiste con afirmar la soberanía nacional. El Tribunal de Apelación de Milán ordenó ayer la detención de seis agentes de la CIA, la central de inteligencia estadounidense, vinculados al secuestro del imán islámico Abu Omar en esa ciudad en febrero de 2003. El tribunal ya había pedido la captura de otros 13 miembros de la inteligencia norteamericana involucrados en el operativo para raptar al clérigo en una calle de Milán y llevarlo por la fuerza a una cárcel egipcia donde, según él mismo declaró, fue torturado.
La orden de la Justicia italiana fue librada contra los agentes Eliana Castaldo, Víctor Castellano, John Thomas Gurley, James Robert Kirkland, Anne Lidia Jenkins y Brenda Liliana Ibáñez. Según el fiscal Armando Spataro, estos seis agentes de la CIA se habrían encargado de la logística para secuestrar a Omar. La central de inteligencia norteamericana, por su parte, justificó la operación ilegal, argumentando que el imán Omar podría haber pertenecido a un grupo islámico radical. Omar peleó en Afganistán y en Bosnia antes de llegar en 1997 a Italia, donde recibió el estatuto de refugiado.
Según descubrieron los investigadores italianos, el imán, que ya era investigado por la fiscalía en Milán por su supuesta relación con el terrorismo islámico, fue secuestrado en Italia y a través de la base militar estadounidense de Ramstein, en Alemania, fue trasladado a Egipto. De acuerdo con las investigaciones, Abu Omar fue torturado. Las autoridades alemanas aseguraron que investigarán el paso del imán por su país.
El caso provocó tensiones entre Roma y Washington. La respuesta del primer ministro Silvio Berlusconi no se hizo esperar: exigió al gobierno estadounidense respetar la soberanía de Italia y negó que Estados Unidos hubiese informado previamente de esta acción. Sin embargo, la reacción quedó sólo en eso y, por eso, la Justicia volvió a actuar.
Los investigadores italianos estaban enfurecidos por la manera casual en que los norteamericanos sabotean sus investigaciones. “Les damos información sobre Abu Omar y luego usan esa información en nuestra contra, debilitando toda nuestra operación contra su red terrorista”, había contado hace un mes un importante investigador italiano al diario The New York Times.
“El sistema norteamericano es de poca utilidad para nosotros. Le damos lo que tenemos, pero no recibimos ninguna información útil que pueda ayudarnos a procesar gente”, había asegurado. Guido Salvini, el juez a cargo de las investigaciones preliminares del caso, había afirmado, luego de las primeras órdenes de detención emitidas, que la abducción “fue ilegal porque violó la soberanía italiana, pero también tuvo un impacto negativo en la más amplia guerra contra el terror”. Si la CIA no hubiera intervenido, continuó, “Abu Omar podría estar enfrentando un juicio hoy en Italia”. Tercerización de la tortura. Esta es la práctica norteamericana de exportar extranjeros sospechados de vínculos con el terrorismo a países donde la tortura es rutina. Egipto es el destino más común, aunque los sospechosos también han sido llevados a Siria, Marruecos y Jordania.