Sáb 30.07.2005

EL MUNDO

Un paso al costado británico en el Ulster
para poder negociar sin IRA

Después del histórico anuncio del jueves en el que la guerrilla del Ejército Republicano Irlandés (IRA) anunció que deja la lucha armada, ayer fue el turno del ejército británico para empezar a desmantelar su presencia militar en el Ulster. Es para alentar el desarme del IRA.

› Por Walter Oppenheimer y Lourdes Gómez *
Desde Londres y Belfast

El gobierno británico dio ayer un claro respaldo al anuncio del IRA de abandonar la lucha armada al reanudar la reducción de su presencia militar en Irlanda del Norte sin esperar a que la organización ponga fuera de uso sus arsenales. El desmantelamiento de una torreta de vigilancia, un puesto de observación y un acuartelamiento militar soliviantaron ayer a los unionistas de Ian Paisley, que no quieren hacer concesiones a los republicanos hasta que el IRA no transforme sus palabras en hechos.
Pero Londres no quiere que esta vez las buenas palabras se las lleve el viento y ha querido así premiar el paso dado por los republicanos de forma unilateral, sin la exigencia de contrapartidas previas. Tanto el primer ministro británico, Tony Blair, como su homólogo irlandés, Bertie Ahern, esperan que el anunciado desarme empiece en los próximos días y acabe a lo largo del mes de agosto. En el mismo sentido se pronunció ayer Alex Attwood, de los nacionalistas católicos del SDLP: “Espero que el decomiso de armas empiece muy pronto. Creo que vamos a tener enseguida un comunicado del general John de Chastelain”, el responsable del equipo internacional que debe dar testimonio del desarme, explicó a este diario. Sin embargo, Attwood no estaba completamente seguro de que todos los arsenales pudieran quedar inutilizados a lo largo del mes que viene. Los expertos advierten que será una tarea larga porque los arsenales se encuentran dispersos por toda la isla, en escondites a menudo de difícil localización. Si se cumple ese calendario, en septiembre empezarían las primeras conversaciones políticas. Pero habrá que esperar a enero, cuando se publique un informe independiente sobre la materialización del desarme y la evolución de la violencia de baja intensidad, para que pueda empezar a hablarse del reestablecimiento de la autonomía.
La reducción de la presencia militar británica fue anunciada ayer por el teniente general sir Reddy Watt, comandante de Irlanda del Norte. “A la luz de los acontecimientos de ayer, el jefe de la policía y yo hemos decidido que es posible una reducción adicional del perfil de seguridad”, dijo. Las instalaciones que han empezado ya a desmantelarse son la torre de vigilancia de Sugerloaf Hill, cerca de Camlough; un puesto de observación en la comisaría de policía de Newtonhamilton y la base militar de Forkhill en Armagh Sur, en la frontera con la República de Irlanda. Esta ha sido tradicionalmente una de las zonas más conflictivas de la isla, con el trasiego constante no sólo de armamento, sino de gasolina, tabaco y otras mercancías de contrabando que han nutrido históricamente las arcas del IRA y que alimentan ahora las actividades criminales a las que se dedican parte de sus militantes.
El ejército publicará en los próximos días un programa revisado de sus necesidades en la zona en el que se indicará que otras instalaciones militares pueden ser desmanteladas. Según algunos analistas, Londres, que aún mantiene en Irlanda del Norte más soldados que todos los que tiene ahora mismo desplegados en Irak, Bosnia y Kosovo, espera reducir esa presencia militar a 5000 hombres. Desde que se declaró el alto el fuego en 1994, el número de batallones se ha reducido de 18 a 9, se han desmantelado 4 de las 14 torres de vigilancia y el número de instalaciones militares ha bajado de 105 a 55. Los unionistas, que quieren que nada se mueva en Irlanda del Norte hasta que el IRA haya demostrado con hechos su buena voluntad, se mostraron ayer muy contrariados por el gesto político de desmantelar algunas instalaciones militares. “Es una irresponsabilidad criminal del gobierno hacer eso, dado lo que ha ocurrido siempre en la frontera entre las dos zonas”, se quejó Arlene Foster, una alta funcionaria del Partido Unionista del Ulster (UUP) de Ian Paisley. “El gobierno parece satisfecho de actuar sólo en base a las palabras. Esasombroso que el gobierno actúe tan rápido cuando el IRA hace una declaración diciendo que va a parar lo que nunca tendría que haber estado haciendo”, añadió.
Gerry Adams, líder del Sinn Fein y arquitecto del abandono de las armas por parte del IRA, reiteró ayer su llamamiento al DUP para negociar un acuerdo que permita trabajar y gobernar juntos a ambos partidos, que representan los dos extremos del arco parlamentario de la Asamblea de Irlanda. “Desde nuestro punto de vista no hay razones para que no puedan empezar lo antes posible las conversaciones sobre los próximos pasos para reestablecer las instituciones políticas”, dijo Adams. “La cuestión no es si va a haber o no conversaciones, la cuestión es cuándo”, añadió.
Pero los analistas políticos creen que el DUP no estará en disposición de plantearse el diálogo con el Sinn Fein hasta enero si para entonces se ha realizado el desarme del IRA y se ha certificado el cese de toda violencia y de cualquier relación de los republicanos con el crimen organizado. El partido de Paisley no firmó los acuerdos de Viernes Santo y se ha negado a tratar con el Sinn Fein hasta que el IRA se desarme.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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