Por Ferrán Sales *
Desde Beersheva

Moshe Wais, padre de seis hijos, ha sido expulsado por la fuerza del asentamiento de Kfar Darom, donde ha vivido durante los últimos 28 años de su vida. Lame sus heridas en el vestíbulo del hotel Paradise de Beersheva, un cuatro estrellas adonde acaba de llegar con un grupo de 16 vecinos. Será su albergue provisional durante dos semanas hasta que se encuentre una solución a su problema de vivienda. Funcionarios de la administración, voluntarios del “movimiento naranja” y representantes de organizaciones de beneficencia les han dado la bienvenida, cantado canciones y ofrecido golosinas a los niños. Su sueño sionista ha quedado atrás. Ahora simplemente quiere dejar de ser colono.
–¿Cómo fue todo?
–Prefiero no hablar.
–¿Pero al menos sabrá cuál es ahora su principal preocupación?
–Saber dónde voy a dormir esta noche y las siguientes. Sé que puedo estar en este hotel dos semanas, con todos los gastos pagados, pero ¿después que pasará con nosotros? ¿Dónde voy a encontrar trabajo?
–¿Dónde están sus cosas?
–Se han quedado en el asentamiento dentro de un contenedor. Nos hemos ido con lo puesto y alguna cosa más que está aún dentro del auto.
–¿Cuánto dinero le han dado por irse?
–No me hable de dinero, aún no he visto ni un solo shekel.
–¿Pero dónde le gustaría instalarse?
–Yo qué sé.
–¿Quizá volver a ser colono en algún asentamiento de Cisjordania?
–Por nada del mundo volvería a ser colono. Quiero vivir en Israel. En ningún lugar en especial; quizás en Aarad, en el desierto del Neguev.
–Después de lo que ha vivido estos días, ¿volvería a instalarse en los asentamientos de Gush Katif?
–Este no es el problema. El problema es que a mi edad, 50 años, no puedo volver a empezar de nuevo, como cuando llegué al asentamiento de Gush Katif. ¿De dónde voy a sacar energías?
–¿Está dolorido con el primer ministro Ariel Sharon?
–No. Simplemente pienso que se ha equivocado. Yo quiero la paz como todos los israelíes, pero pienso que dándoles territorios no se arreglan las cosas, porque ellos, los palestinos, siempre continuarán reclamando más y más, hasta que consigan echarnos de nuestra tierra.
–¿Pero estará de acuerdo en que Gaza es territorio palestino?
–De ninguna manera. Gaza es Israel.
–¿Y a los palestinos dónde los va a meter?
–Mire: el país de los palestinos es Jordania; ésa es su patria. Que se vayan allí y nos dejen en paz.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.